30 de Abril
de 2024
Fuera de Megáfono.

La normalización de una regional desató una fuerte interna en el consejo directivo de la CGT

07. 01. 2017

La falta de acuerdo para reunificar a la CGT Lomas de Zamora enfrenta a dirigentes de peso como Pablo Moyano y Francisco “barba” Gutiérrez. Un sector, auspiciado por el camionero, presentó los documentos de unificación, pero el referente metalúrgico local anunció una lista propia, con aval del ex intendente de Quilmes.

Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical

A fines de diciembre del 2016, un grupo de gremios de Lomas de Zamora presentaron ante la conducción de la CGT los papeles necesarios para la normalización de la regional distrital. Con el aval de unos 50 sindicatos, se anunció la unidad local, con el dirigente de la sanidad Sergio Oyhamburú como secretario general. El aval de este proceso lo dieron nada menos que Juan Carlos Schmid y Pablo Moyano, que recibieron los documentos y festejaron el avance. Pero a los pocos días, otro grupo hizo un anuncio similar. Encabezados por el metalúrgico Carlos Costelo, se presentó ante Francisco “Barba” Gutiérrez una lista para competir por la conducción de la regional. La disputa abrió una interna dentro de la propia central obrera, que enfrenta a dirigentes del consejo directivo, y que deja a la vista las diferencias, sobre todo políticas. Críticas por la presencia de sectores que están por fuera de la CGT en una de las listas.

La unidad de la regional Lomas de Zamora se volvió un catalizador de una puja interna entre dirigentes nacionales de la CGT. La presentación de documentos realizada por Oyhamburú consta con el aval de los referentes del moyanismo y la ex CGT Azul y Blanca, que comparten la conducción a través de Juan Vanati (camioneros) como secretario Adjunto y Sebastián Leporace (gremios de las estaciones de servicio) como secretario Gremial. Pero a los pocos días, Costello presentó una lista para competir con este espacio, y rompió la supuesta unidad.

Luego del congreso normalizador del 22 de agosto, la conducción nacional de la central obrera le encargó a Gutiérrez, secretario de Interior, que comience el proceso de unidad dentro de las regionales. Pero en Lomas de Zamora, el “padrinazgo” de la unidad lo encaró Pablo Moyano, que promovió el acuerdo. “Somos 52 gremios que planteamos la posibilidad de la unidad, y elegimos una conducción unificada. Es un gran logro que cuenta con el aval de la conducción nacional”, le dijo a Gestión Sindical un vocero de la regional. Este aval, explicó, se pudo ver en la reunión con Schimid, quien recibió los documentos de la nueva conducción, y en un reciente acto del gremio de la Sanidad, donde su titular Héctor Daer –integrante del trunvirato cegetista –presentó a Oyhamburú como “secretario general de la regional Lomas de Zamora”.

Pero un grupo de gremios decidió impulsar la candidatura de Costello, de la UOM, y presentó la lista Azul y Blanca con la intención de ir a elecciones. Al dirigente metalúrgico lo acompañan Verónica Del Anna (Unión Ferroviaria) y Claudio Olivera (SADOP, docentes privados), y cuenta según sus versiones con un grupo de “más de 40 gremios”. Quien sostiene este espacio es el propio Gutiérrez, que según afirman no dio el visto bueno a la unidad, y pretende como mínimo una compulsa de avales.

“Si ellos tienen 40 gremios, y nosotros más de 50, en Lomas de Zamora hay pleno empleo”, ironizó un dirigente que está en el espacio de Oyhamburú. De esta forma, desmintió está idea, y criticó la actitud de Gutiérrez, a quien acusó de “tener un problema personal con Pablo Moyano”, lo que generó la aparición de la lista interna. “Hicimos todos los esfuerzos para lograr la unidad, pero por cuestiones más políticas decidieron apartarse. Incluso sumaron sectores que no están en la CGT nacional”, agregó el dirigente consultado por Gestión Sindical. La referencia es para gremios como la Unión ferroviaria, que es parte del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), y que decidió no sumarse al triunvirato de la CGT formado en agosto. Lo mismo pasa con algunos espacios vinculados al kirchnerismo local, que buscan insertarse en el movimiento obrero a través de esta lista.

La interna lomense tensionó aún más la mala relación de Pablo Moyano y Gutiérrez, que no es desconocida dentro de la central obrera. Las diferencias nacieron cuando el metalúrgico era intendente del distrito de Quilmes, y decidió municipalizar el servicio de recolección de residuos, algo que fue rechazado por el gremio camionero. El propio Moyano estuvo al frente de la protesta, y criticó con dureza la decisión del municipio. “Si tiene que haber un muerto, va a haber un muerto, dos, tres muertos”, dijo en su momento el camionero, cuando en abril del 2014 se anunció la medida. El moyanismo había roto con el gobierno nacional, y el enfrentamiento se traslado a Quilmes, donde finalmente se logró un acuerdo: la comuna se hizo del control del servicio, pero respetó los salarios de los camioneros. Esto no evitó que la pelea entre los dirigentes dejara heridas que hoy siguen abiertas.

Por el momento, la compulsa entró en un impasse. A fin de mes se deberá formalizar la nueva conducción, y el problema que existe que se debe contar con el aval de Gutiérrez, porque es el encargado por su cargo en el consejo directivo. Como ya anticipó que no avala la unidad presentada por Oyhamburú y su gente, en este espacio tienen una alternativa: hacer la presentación ante escribano público, en la sede Azopardo de la CGT.

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