
Sube el número de inscriptos en el monotributo a la vez que cae la cantidad de trabajadores con empleo.
El mercado laboral lleva una década expulsando empleados. El monotributo como única salida ante la falta de oportunidades.
En materia laboral, el empleo en la Argentina no solo está estacando, sino que también es precario. Según datos oficiales, el monotributo creció un 51% en la última década y por el momento es una realidad que no solo no se modifica sino que se ve potenciada por las políticas de ajuste y recesión que se imponen bajo el gobierno de La Libertad Avanza para el mercado laboral.
Sobre este tema, el consultor en recursos humanos Matías Ghidini alertó sobre la preocupante evolución del trabajo en Argentina. Señaló que, mientras el empleo formal no crece, el monotributo y el trabajo informal se disparan, dejando a miles de trabajadores sin derechos ni protección.
El monotributo «refleja debilidad»
En una realidad laboral cada vez más adversa para quienes trabajan, el crecimiento del monotributo en la última década pone en evidencia una tendencia estructural preocupante.
Así lo expresó Ghidini, especialista en el mercado laboral y director general de GhidiniRodil, quien sostuvo que “el monotributo ha crecido un 51% en la última década”, cifra que refleja una “crónica debilidad del mercado laboral argentino”.
El especialista dijo que este fenómeno “muestra que el empleo privado registrado no ha crecido y, en algunos casos, ha retrocedido”, lo que consolida un escenario de mayor precarización. Según explicó, el país atraviesa un proceso de “crecimiento del cuentapropismo, de la informalidad y del autoempleo por necesidad, no por oportunidad”.

Ghidini analizó que esta expansión del monotributo no es sinónimo de mejora en el empleo, sino más bien una respuesta forzada de los trabajadores a la falta de oportunidades en el sector formal. “El mercado laboral argentino está crónicamente debilitado, no genera empleo registrado privado desde hace más de una década”, afirmó.
A su vez, señaló que muchos trabajadores “han migrado al monotributo o al empleo informal como única alternativa para mantenerse activos”, en un contexto donde el poder adquisitivo también se deteriora año a año. “Vamos camino al sexto año consecutivo de pérdida de salario frente a la inflación”, advirtió el especialista.
La necesidad de un nuevo marco laboral
Desde una perspectiva sindical, estas cifras deben ser una llamada de atención para exigir políticas públicas que reviertan la precarización, fortalezcan la generación de empleo registrado y amplíen los derechos laborales.
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El profesional concluyó que es urgente “diseñar un nuevo marco laboral que entienda el trabajo del futuro”, pero que al mismo tiempo garantice inclusión, equidad y justicia social para quienes viven de su trabajo.
La situación está lejos de mejorar bajo la gestión actual del Gobierno nacional y, por el contrario, hasta ahora se ha venido profundizando. La crisis de empleo se siente en la era Javier Milei y el último año los números lo reflejaron: el pedido de subsidios por desempleo llegó a niveles récord.
Los números marcan que en 2024, en medio de la recesión y el ajuste para buscar estabilizar las cuentas públicas, creció un 60% y fue el más alto de la década.
Desde el Gobierno nacional esperan que las solicitudes bajen, de la mano de la recuperación de la economía y la llegada de inversiones. Sin embargo, por ahora eso sólo son deseos y promesas.
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