El plan Caputo para 2025: salarios híper bajos y paritarias que no le ganen a la inflación
Ya existen cálculos de lo que puede pasar en 2025 en torno a los salarios y la inflación. Qué dicen las consultoras.
Las principales consultoras económicas y el Gobierno ya comenzaron a calibrar proyecciones de cara a 2025 en torno a dos cuestiones claves: salarios e inflación.
Proyecciones optimistas para el Ejecutivo de Javier Milei y no tanto para los trabajadores: las consultoras prevén una inflación mucho menor a la de años anteriores, a tono con la necesidad del Gobierno, pero también paritarias «controladas» como método para frenar los precios, por lo cual no se va a ver una recuperación del poder adquisitivo destruido durante el primer año de administración libertaria.
De acuerdo con lo que prevé la consultora Criteria la inflación será del 23%, el cepo continuará, la devaluación iría al 20% anual, el crecimiento económico será del 5% y se producirá una «administración de pasivos» para estirar vencimientos 2025/2026.
¿Un pico en febrero?
Econviews presentó números algo menos halagüeños para el Gobierno: estima que la inflación interanual para diciembre de 2025 será del 39% y para enero del 2026, del 37,3%. En la medición mensual consideran un pico en febrero del 5,5% y un proceso en descenso paulatino hasta diciembre, que tendrá un 1,7%. El tipo de cambio no tendrá sobresaltos por lo menos hasta el proceso electoral.
El análisis de FocusEconomics prevé una expansión del 4% del PBI en 2025, mejorando las estimaciones de meses anteriores en 0.2 puntos porcentuales. Según esta proyección, la recuperación se va a sostener en un escenario de menor inflación, tasas de interés más bajas y el impacto de las reformas estructurales impulsadas por el Gobierno.
Mientras tanto, para la administración Milei, la inflación será del 18,3% para todo 2025. En tanto, el cálculo oficial es que el dólar oficial llegue a $ 1.207 recién a finales del año próximo.
Los salarios, atados y sin poder de recuperación
A mediados de 2024 y especialmente a partir del comienzo del último trimestre, la secretaria de Trabajo de Julio Cordero, por orden del ministro de Economía, Luis Caputo, se propuso que cada negociación paritaria esté atada a los índices de inflación mensual, sin ningún tipo de recuperación para sueldos que tuvieron grandes pérdidas de poder adquisitivo, con retrasos salariales que en algunos gremios llegaron a estar en un orden cercano al 50%.
El objetivo de Cordero y Caputo se cumplió pero no del todo, ya que algunos sindicatos con poder de fuego, como Camioneros, lograron acordar aumentos salariales con algunos puntos extra, pero en general, prácticamente todos los gremios quedaron atrás de la inflación, sin poder recuperar el valor del salario.
Ahora Caputo y Cordero quieren dar un paso más y endurecer la postura de no avalar ninguna paritaria por encima del promedio inflacionario el año que viene: si logran imponer su plan, lo que se haya perdido quedará así, consolidando la política de un país con salarios híper bajos.
Para los hombres a cargo de la Economía, si se da la situación de que tantos gremios como empresas sellen una suba de salarios por arriba del índice de precios del INDEC, debe ser solo algún caso puntual y justificado. En otras palabras, no habrá una recuperación del castigado poder adquisitivo de los haberes luego de un año de un fuerte retroceso.
El año de Milei en pesos
El cálculo no deja lugar a dudas acerca de lo que significó el ajuste para la clase trabajadora formal: cada trabajador perdió entre $1.000.000 y $3.000.000 de diciembre de 2023 a este mes. Para los informales la situación fue aún peor.
En tan solo un año se experimentó una contracción real en términos de haberes que en septiembre de 2024 ya alcanzaba un 6,8% en promedio, con sectores que perdieron mucho más, en especial los trabajadores del Estado -incluyendo docentes y personal de Salud– y los de sindicatos con bajo poder de fuego como, por ejemplo, los empleados de comercio y los gastronómicos.
«Este fenómeno, que es heterogéneo entre el sector público y privado, y la caída del empleo determinaron el descenso en la participación de los trabajadores en el ingreso del 46,4% a 43,9% entre los primeros semestres de 2023 y 2024. Como contrapartida, la rentabilidad ascendió especialmente en las grandes empresas que duplicaron sus tasas de utilidades sobre ventas», expresó CIFRA, el centro de estudios de la CTA.
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