ATE: en el Garrahan hay bronca con Aguiar porque dicen que está aceptando despidos
El principal sindicato de estatales se encontró con un frente interno en el Hospital Garrahan. Las claves de la pelea.
ATE, el principal gremio de los estatales, como sucede con otros sindicatos, también está teñido por una interna que involucra al secretario general del colectivo sindical, Rodolfo Aguiar, y a una oposición que está en la junta interna del Hospital Garrahan y reclama que no existan pactos con la administración Javier Milei.
En las últimas horas, Alejandro Lipcovich, el referente de la Junta Interna del gremio en el Hospital Garrahan, denunció presuntos diálogos que habría llevado adelante la conducción nacional con el gobierno de Milei para morigerar la cifra de despidos.
Vale destacar que hubo 15 mil cesantías al 30 de marzo, al no renovarse parte de los 59 mil contratos en juego, y 4500 al 30 de junio, una cifra menor y que desde la oposición a Aguiar sospechan que fue consensuada con las altas esferas de La Libertad Avanza. De hecho, existieron reuniones entre Aguiar, el secretario general de ATE Capital, Daniel Catalano, y miembros del gabinete libertario.
Los despidos, eje de la polémica
“Si bien es cierto que el número total de despidos en junio fue menor al de marzo (5 mil contra 15 mil), no deja de ser una masacre social de gran alcance, que empalma con la que ocurre en el sector privado. Además, es falso que se haya detenido, como ilustran los retiros voluntarios en numerosos sectores, por ejemplo en el INTI“, lanzó Lipcovich.
Y lanzó una preocupación de cara al futuro: “La perspectiva para los próximos meses es nefasta, dadas las posibles privatizaciones o simples cierres que pongan en disponibilidad incluso a personal de planta. Las dos fracciones burocráticas de ATE consideran en sus listas de cesantías y mesas de diálogo únicamente a las personas afiliadas, lo cual es inaceptable: debemos enfrentar todos los despidos sin distinción».
«Esta contención desarma al movimiento frente a los despidos que vendrán, ni hablar del desbarranque del salario”, expresó.
Un paro que en el Garrahan no conformó
Lo que también generó bronca en este sector de ATE fue que Aguiar convocó a un paro el 7 de agosto y no realizó acciones contundentes para que tuviera relevancia. Además, Lipcovich dijo que el acatamiento no había llegado al 90% como dijo Aguiar.
“La afirmación es una mentira grande como una casa, pues no hubo paro en el Estado, ni mucho menos ATE se preocupó por organizarlo», indicó.
«Tanto es así que la propia nota de convocatoria para ese día por parte del Consejo Directivo Nacional hablaba de una jornada donde los paros y las radios abiertas coexisten en un mismo nivel de incierta concreción. Esta metodología, lamentablemente, no es aislada sino sistemática”, expuso.
Hubo más cuestionamientos a Aguiar: “La verborragia irresponsable del máximo dirigente del sindicato anunciando en los medios medidas inexistentes, en este caso un paro, en otros incluso ocupaciones de dependencias, cumple un rol desorganizador».
«Así, la palabra del gremio es poco seria -cerró Lipcovich-. Los afiliados y afiliadas tampoco tienen un espacio para deliberar y resolver, porque no hay asambleas generales ni plenarios regulares”.
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