Los primeros pasos de la nueva CGT, entre el diálogo con el gobierno y las amenazas de protestas
La dirigencia comenzó el reacomodamiento interno y externo luego del congreso de Obras Sanitaria. Moyano se reunión con Macri, que busca reeditar la idea del pacto social. Massa aprovecha a sus diputados para acercarse al armado gremial. Los sectores más rebeldes se suman a la Marcha Federal de la CTA para protestar contra el gobierno.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
“En el camino de acomodan los melones”, fue la frase usada por un dirigente de la nueva CGT, para definir la forma que la dirigencia, bajo la tutela del triunvirato elegido en el congreso de Obras Sanitaria, afronta los primeros pasos en el escenario gremial y político. Con cautela, la nueva conducción quieren evitar las definiciones tajantes, al tiempo que los espacios internos –que no desaparecieron pese a la unidad –van mostrando de apoco sus cartas, en materia de alineamientos y posturas. La primera actividad oficial del consejo directivo fue anunciar un pedido de audiencia con al menos cuatro ministros nacionales, un gesto dialoguista valorado entre funcionarios del gobierno, algo que fue ratificado por el encuentro entre el presidente Mauricio Macri y Hugo Moyano. El almuerzo de la semana pasada marca a las claras que el camionero no cederá su rol de interlocutor con el oficialismo, que a su vez le devolvió la primera misión: convencer a la dirigencia sobre un pacto social, una idea que reflota luego de su fracasado inicio. Otro que aprovechó el nuevo escenario fue Sergio Massa, que se mostró con uno de sus diputados que forma parte del triunvirato, y buscará hacerse de un buen diálogo con la CGT pensando en el futuro.
Pese a las bajas, la mayoría está conforme con la nueva central obrera. Casi al mismo tiempo que Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña presidían su primera reunión del consejo directivo, Moyano almorzaba con Macri, donde se supo se habló de reflotar la vieja idea del pacto social, una iniciativa que sonó fuerte durante el inicio de la gestión presidencial, pero que después se terminó de desinflar por la falta de consenso. En esa reunión, el presidente insistió con la posibilidad de sentar a gremios y empresarios en una mesa, y hacerles firmar algún tipo de acuerdo coyuntural. Según las versiones, la idea es iniciar por el tema de la tarifa de los servicios públicos, dándole un mojón al gobierno para sostener su postura, golpeada por el fallo de la Corte Suprema de Justicia.
“Si vuelven con la idea del pacto social, los gremios la vamos a rechazar”, dijo un dirigente consultado por Gestión Sindical. La dirigencia cegetista sabe que darle al gobierno la foto de los tres sectores sentados en la misma mesa sería una victoria política, y los dejaría lejos de cualquier medida de fuerza. “Más allá que haya o no paro, los pactos sociales no funcionaron en la Argentina, salvo para congelarle el salario a los trabajadores”, remarcó el mismo dirigente. Si esta idea no avanza, la posibilidad de acordar un apoyo al nuevo esquema de tarifas aparece en el horizonte para el macrismo, que busca en Moyano el apoyo necesario. “Hay que apuntar a consensos sobre tarifas, al plan energético, al plan productivo, el narcotráfico y la educación así como hicimos con la devolución de los fondos de las obras sociales con la CGT, el blanqueo de capitales o los fondos buitre con la oposición”, blanqueó públicamente el diario La Nación, a través de información que dieron a circular cerca del jefe del Gabinete, Marcos Peña. La idea del consenso sería confirmada esta semana, cuando el gobierno convoque a los nuevos dirigentes de la CTA. Esto sucedería, según las versiones, el jueves que viene.
El acercamiento de Macri y Moyano –que no es nuevo ni sorpresivo –puede leerse como un intento de frenar la posible influencia de Massa en la nueva CGT, ya que Daer y Acuña son diputados de su bloque (el primero nacional, el segundo de la provincia de Buenos Aires). Esto viene advirtiendo el ahora rebelde Gerónimo Venegas, que no se subió a la nueva conducción por esos motivos, y le quitó unos 40 gremios a la nueva estructura. Por el momento, el ex intendente de Tigre no hace definiciones al respecto pero este fin de semana estuvo con Acuña en un acto de su gremio, en el Luna Park.
“El llegar a la máxima representación es un mérito de Carlos y de todos los trabajadores de las estaciones de servicio, y demuestra que no hay gremios chicos o grandes. Además, estoy convencido que al margen de ser un hombre del Frente Renovador, va a defender a todos los trabajadores, radicales, peronistas, todos”, sostuvo Massa en un breve contacto con la prensa luego del acto del Luna Park. Para el diputado nacional, el tiempo que viene es “de propuesta y reclamo, y no la protesta y la violencia, como plantean algunos sectores”, marcando que no será su llegada a la CGT una herramienta que empuje a los gremios a la calle, una imagen temida en el gobierno. Hay que aclarar que Daer se mantiene en el bloque massista, pero con mucha menos conducción. Incluso durante la campaña electoral, al dirigente de la sanidad se lo vio cerca de Scioli, y no tuvo problemas en hacer públicas sus intenciones de votar al ex gobernador bonaerense durante el ballotage.
Si estos indicios alejan la posibilidad de una protesta contra el gobierno (los dichos de Andrés Rodríguez, virtual “jefe de Gabinete” de la nueva conducción, van por ese lado), los gremios más díscolos buscan una salida para no romper con la nueva estructura, pero movilizar y marcar su distancia con las políticas oficiales. Una de las posibilidades que encontraron en sumarse de manera informal a la Marcha Federal de la CTA de los Trabajadores, que desde el miércoles hasta el viernes recorrerá una parte del país, para cerrar en Plaza de Mayo con un acto contra el ajuste, el tarizazo y contra los despidos. A esta iniciativa se sumará la Corriente Federal, el espacio que lideran entre otros Sergio Palazzo (bancarios) y Héctor Amichetti (gráficos) y que en el congreso del 22 le reclamó a la CGT un plan contra las políticas oficiales, abandonando el plenario sin aceptar ser parte del consejo directivo.
“Necesitamos un programa para enfrentar a esta política de ajuste, vamos a seguir reclamando eso a la CGT, desde adentro, dando el debate. La marcha de la CTA es una forma de presionar para esto”, aseguró ante Gestión Sindical una fuente del sector. Además, la corriente se suma a otra iniciativa de la CTA, esta vez de sus dos versiones: llama a movilizar el día que se realicen las audiencias públicas por las tarifas de los servicios públicos. El acercamiento de este espacio a la central, que hoy aparece como una de las más movilizadas, obligó al nuevo triunvirato a emitir un anuncio de no adhesión a la jornada de lucha, y dejar el libertad de acción a los gremios. “Buscaron evitar que la presencia de gremios de la central sea vista como un apoyo. Pero no pueden tapar el sol con las manos, el malestar existe”, agregó la misma fuente.
Con los maestros parando, el viernes puede mostrase una marcha contundente, que cree una referencia en el arco sindical de espacio abiertamente enfrentados al macrismo. La presencia del líder de la CTA Autónoma de Pablo Micheli potenciará esta idea, aunque lo hará de forma parcial, por la interna que vive en su propio espacio. Por lo pronto, algunos sueñan con la presencia de dirigentes en el escenario del viernes (se habló incluso de Pablo Moyano, flamante secretario Gremial de la CGT), una muestra de lo volátil que puede ser el armado interno del movimiento obrero en estos días.
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