Historias sindicales: cuando Cavalieri estuvo preso por estafa
Cavalieri había obtenido ilícitamente, en 1971, 25 millones de pesos de aquel entonces a través de una operación que efectuó en nombre de la Federación de Empleados de Comercio con Pueyrredón Constructora. Una nota de Clarín del 23 de septiembre de ese año daba cuenta del episodio y del encarcelamiento durante un mes del siempre cuestionado líder sindical.
No son días apacibles para Armando Oriente Cavalieri, el octogenario líder del Sindicato de Empleados de Comercio (hoy lunes 30 de mayo cumplió 85 años). Los afilados le cuestionan haber cerrado (cumpliendo el deseo del gobierno de Cambiemos) una de las paritarias más bajas: tan solo del 20%. Y también hay mucha polémica en torno a los llamados “bonos solidarios” de la obra social OSECAC. Los usuarios denuncian que les están cobrando mucho más de lo que autoriza la ley. Pero la palabra “polémica” siempre acompañó a Cavalieri. Y lo acompañó inclusive desde antes que trascendiera su enorme patrimonio conformado por fastuosas propiedades, negocios inmobiliarios y agropecuarios, todos alejados de su actividad como líder sindical. Sucede que en 1971 estuvo preso durante un mes a raíz de una estafa con viviendas.
Cavalieri había obtenido ilícitamente 25 millones de pesos de aquel entonces, a través de una operación que efectuó en nombre de la Federación de Empleados de Comercio con Pueyrredón Constructora. Una nota de Clarín del 23 de septiembre de 1971 daba cuenta del episodio y del encarcelamiento del siempre cuestionado líder sindical: “En la sede policial, el doctor Recalde y Cavalieri reconocieron su participación en el hecho en declaraciones suscriptas ante el instructor. Expresa que solamente había recibido 20 de los 50 millones que se dividieron en partes iguales (…) Cavalieri expresó que parte del dinero lo tenía en su domicilio, secuestrándose aproximadamente 6.000.000 de pesos en efectivo y documentación de compra de un piso con cochera en un edificio sito en República de la India 2800 por la suma de 17.200.000 pesos moneda nacional y su decoración por un valor superior a los 3.000.000 de pesos”.
Meses más tarde la organización gremial decidió expulsar a Cavalieri por el episodio. Pero misteriosamente el libro de actas en el cual constaría dicha expulsión, desapareció. Sin embargo, no se trató del único libro que pasó a mejor vida: en octubre de 1984, Cavalieri sufriría su segunda expulsión del sindicato (había vuelto en 1976). En dicha fecha, el Consejo Directivo de Empleados de Comercio le había solicitado la renuncia. Lohizo sobre las páginas de un libro cuyo paradero hoy también se ignora…
Otra nota de Clarín, esta vez de enero de 1988 firmada por Hernán López Echagüe, recuerda lo sucedido con la estafa y este nuevo pedido de renuncia: “La conducción del gremio le cuestionaba su pasado, un pasado de enigmática y, en ocasiones, oscura militancia sindical, que no difiere mayormente del pasado de hoy, y acaso irremediablemente, enturbia la trayectoria de numerosos dirigentes”, consignaba el texto.
La nota finaliza: “Del Gitano, como lo llaman, suelen recordar sus raras concertaciones con el ex presidente (de facto) Roberto Viola, también su alejamiento del gremio tras el affaire y su insolente regreso en 1976. Pero conoció la prisión. Debido a la estafa estuvo un mes preso”.
Todo lo que vendría después es más recordado: la múltiple adquisición de inmuebles, campos, negocios y el tan recordado crucero de Don Armando al Caribe que costó la friolera suma de 100 mil dólares. En fin, ¿será cuestión de parafrasear al extinto presidente de la AFA Julio Grondona acerca de que todo pasa? De estar un mes preso por estafa al gremio a conducirlo por 30 ininterrumpidos (desde 1986), pasando por todos los episodios de corrupción descriptos. Cavalieri lo hizo. Él lo logró.