Pero lejos de generar confianza, la decisión de Macri puso en alerta a los sindicatos que señalan la amenaza de las subas de precios. Piden plus por los aumentos desmedidos. Tanto Alberto Roberti de Petroleros como el metalmecánico Ricardo Pignanelli coincidieron en que la exención del pago del tributo en el medio aguinaldo sólo comprende a un segmento de los trabajadores.
Las idas y vueltas de Mauricio Macri y el futuro equipo económico con la exención del Impuesto a las Ganancias al medio aguinaldo cosecharon ayer nuevas críticas entre los dirigentes gremiales que advirtieron también por la escalada de precios y las posibles repercusiones sociales de la política que viene. En resumen, el hasta hoy jefe de Gobierno porteño arrancó la semana dando marcha atrás con su decisión de no gravar con el tributo el plus salarial de fin de año, una de sus promesas de campaña. El cambio levantó polvareda entre los sindicatos, que el martes salieron al ruedo con fuertes reclamos. Tras las malas repercusiones, Macri volvió sobre sus pasos el martes y anunció que finalmente los sueldos menores a $ 30 mil no pagarán Ganancias en el medio aguinaldo de diciembre, consignó Tiempo Argentino.
Pero lejos de generar confianza, la decisión de Macri puso en alerta a los sindicatos que señalan la amenaza de las subas de precios. El titular de la CTA oficial, Hugo Yasky, marcó que el pago del tributo con el aguinaldo «hubiese sido un zarpazo agregado a los aumentos de los precios». Para el dirigente docente, la última determinación del macrismo «es lo que todos esperábamos que hicieran» y demuestra que en el futuro equipo económico «tuvieron que retroceder con una medida que, en parte, enmienda lo que hubiese sido un descuento para todos».
A la par de Yasky, el secretario general de la Federación Argentina Sindical del Petróleo, Gas y Biocombustibles, Alberto Roberti, evaluó que la determinación de eximir finalmente al aguinaldo «es una medida obviamente primaria» y rescató que «el costado bueno es que Macri haya cambiado la idea de que no iba a haber ningún tipo de descuento».
La medida en sí «es un paliativo menor respecto al terrible problema que tenemos con Ganancias porque se ha transformado en un ariete confiscatorio, en una estafa», definió el dirigente petrolero. Como Yasky, Roberti apuntó que «la devaluación que se iba a provocar en el mañana ya está en curso en las góndolas a través de las remarcaciones» y se mostró esperanzados en que «se puedan tomar medidas rápidas».
En sintonía, el dirigente alimenticio, Rodolfo Daer, aseguró que entre sus representados, la fracción más importante del empleo industrial, «hay mucha preocupación» por los aumentos de precios que se registraron en los últimos días en los productos de la canasta familiar».
«Junto con Ganancias –argumentó- son temas que aceleradamente atentan contra el poder adquisitivo del salario.» La decisión de Macri, prosiguió Daer, evitó «un drenaje del poder de compra que sin duda iba a derivar en un profundo malestar de los trabajadores».
Finalmente, otro sindicalista industrial, el titular del gremio de mecánicos (Smata), Ricardo Pignanelli, lamentó que la nueva medida del macrismo «beneficia sólo a una fracción» de sus representados. Pignanelli señaló que también en su ámbito «hay mucha preocupación» por los precios y advirtió a Macri que «no puede haber congelamiento de paritarias si no se retrotraen los precios».
El problema, agregó Pignanelli, «es que ya se han remarcado los precios y si la gente empieza a perder poder adquisitivo puede haber conflicto».
Fuente: Tiempo Argentino
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