Gremios municipales no quieren despidos con la excusa de “ñoquis” y pases a planta políticos
En las comunas donde cambia el color político, hay polémica por la planta de personal que dejan los intendentes salientes. Advierten que muchos puestos serán revisados. Los sindicatos quieren que se cumpla la nueva ley provincial. Desde la FeSiMuBo aseguran que “siempre defendimos trabajadores”.
Cuenta la leyenda que en 2007, cuando un histórico barón del conurbano sur perdió las elecciones, antes de dejar el poder utilizó parte de los fondos disponibles para comprar arena y canto rodado, que se acumuló por años en un corralón municipal. El ejemplo, muy conocido por aquellos días, muestra hasta qué punto las transiciones comunales pueden ser complicadas. En estas horas, muchas historias similares se escuchan en Merlo, Hurlingham, Malvinas Argentinas y otros distritos donde hubo un cambio de color político. Entre las maniobras que se suelen denunciar están la incorporación de empleados a planta permanente, que engrosan la plantilla municipal, y en la que se sospecha hay muchos “ñoquis”. Ante esto, gremios municipales están en alerta, para reconocer la delgada línea que separa la reducción de los cargos políticos de los despidos directos. Desde la Federación de Sindicatos Municipales Bonaerenses (FeSiMuBo) recuerdan que siempre “defendimos a los que trabajan”.
Los procesos de transición que comenzaron este año tienen una particularidad, por lo menos en la provincia de Buenos Aires, ya que existe una nueva ley que rige la relación laboral de los empleados municipales. La 14.656 establece un nuevo marco regulatorio general, y obliga a las comunas a crear junto a los gremios locales convenios colectivos de trabajo, que entre otras cuestiones generen paritarias y una carrera municipal. Además, obliga a los gobiernos locales a informar sobre la cantidad de empleados y sus funciones, una herramienta para evitar la aparición de “ñoquis”.
En los cambio de gobierno, con la excusa de los empleados que no trabajan, se suelen producir despidos, y los gremios deben hacer equilibrio entre preservar los puestos laborales sin defender a quienes no tienen funciones. “Los sindicatos agrupados en FeSiMuBo siempre defendimos los trabajadores, los que no trabajan los tienen que detectar los intendentes, no nosotros”, le dijo a Gestión sindical una fuente de la federación provincial. Para la dirigencia sindical, el poder político “siempre utiliza la palabra ‘ñoquis’ para ajusticiar a los trabajadores”. Con la nueva ley, cada vez que se toma un trabajador, debe informar al gremio y el Ministerio de Trabajo qué función cumple. Esto, en teoría, debería evitar los despidos injustificados.
Hasta ahora, las transiciones tienen diversos caminos. El caso más mediático parece ser el de Merlo, donde el actual intendente Raúl Othacehé y su sucesor electo Gustavo Menéndez se cruzaron fuerte en los últimos días por una toma de tierras, y por los pases a planta en la comuna. Más allá del componente político, el caso sirve para ver la dificultad que existe respecto de las efectivizaciones si se quiere justas, y aquellas que buscan minar el futuro gobierno.
Cabe recordar que Merlo fue el primer municipio que creó su convenio colectivo de trabajo, en el marco de la nueva ley. “Los trabajadores pasan a planta por derecho propio, lo que fue reivindicado por el nuevo convenio colectivo de trabajo”, aclaró la misma fuente de la FeSiMuBo. Si bien la ley provincial establece que los trabajadores adquieren la estabilidad laboral a los 12 meses, los convenios colectivos locales pueden mejorar eso. Eso sucedió en Merlo, donde los trabajadores adquieren la estabilidad a los tres meses.
Otro distrito donde habrá cambio de autoridades es Lanús. Allí, el kirchnerista Darío Díaz Pérez dejará su lugar al macrista Néstor Grindetti, uno de los pocos integrantes de Cambiemos que puso pisar fuerte en la Tercera Sección Electoral. El actual Ministro de hacienda porteño le ganó al camporista Julián Álvarez, y ahora enfrenta un proceso de transición histórico, ya que nunca desde 1983 hubo un intendente no peronista. Según Pudo saber Gestión Sindical, el propio Grindetti comenzó a recorrer las dependencias municipales, para hablar con el personal y llevar tranquilidad, descartando cualquier tipo de movimiento brusco.
Según pudo averiguar Gestión Sindical, el intendente electo ya está trabajando con los datos con los datos del personal que cuenta la comuna, y comenzó charlas informales con los gremios municipales, para explicarles algunos cambios en las condiciones laborales. “Si hubo incorporaciones a último momento, que son ‘ñoquis’, no vamos a permitirlo, pero todavía no tenemos datos”, afirman en el entorno de Grindetti. Como otros municipios, Lanús tendrá que crear su convenio antes del 6 de enero, como marca la ley, y allí podría resolverse el tema de las plantas permanentes.
En otros distritos, la suba de salarios y la deuda que se puede generar por la falta de pago a proveedores son otras de las maniobras denunciadas contra los intendentes salientes, para condicionar los gobiernos que se asumirán el 10 de diciembre. Esto sucede en Malvinas Argentinas (donde el intendente Jesús Cariglino se aumentó el 150 por ciento el salario, como el de otros funcionarios), en Hurlingham (donde el saliente Luis Acuña recordó algunos pagos, y ordenó el pase a planta permanente de unos 400 contratados nuevos), y otras comunas. Para los gremios, será un gran desafío lograr hacer respetar la ley, evitar meterse en la disputa política y evitar que ningún trabajador sea despedido.
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