En la puerta de la segunda ola de Covid-19, se multiplican los conflictos gremiales en el sector sanitario
Con los contagios creciendo fuertemente, el personal de salud reclama mejores condiciones laborales en todo el país. En la Ciudad de Buenos Aires, autovoncovados estuvieron dos meses acampando frente al Ministerio de salud, pero se fueron sin respuestas. Además, hay denuncias de que mucho del personal médico no está vacunado. La federación médica alertó sobre el incremento de situaciones conflictivas en todas las provincias.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
Los más de 16 mil casos de este miércoles marcan el récord de casos de coronavirus en la Argentina este año, y por el rápido crecimiento de los contagios los especialistas afirman que estanos en “la puerta” de la segunda ola de contagios de Covid-19. Incluso algunos especialistas aseguran que la ola ya está instalada, por lo cual piden medidas urgentes. Esta situación llega en momentos que en el sector salud los conflictos gremiales se multiplican, tanto entre los profesionales como entre el personal sanitario, que hace que aumente la preocupación por el impacto de este pico de casos en las actuales condiciones del sistema de atención. En este sentido, hay reclamos para que se complete la vacunación del personal, que en algunos sectores está muy por debajo de lo recomendable.
También se piden mejores condiciones laborales y aumentos salariales, como hicieron un grupo de trabajadores esenciales de la salud, que se autoconvocaron y por dos meses estuvieron acampando frente al Ministerio de Salud nacional.
Los reclamos se extienden en todo el país
En la Ciudad de Buenos Aires, los reclamos crecen a medida que se profundiza el aumento de casos. En todo el país, la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA) advirtió que en casi todas las provincias hay malestar por las condiciones que deben afrontar este tramo de la pandemia los médicos, profesionales y el personal sanitario. “Seguimos agotados”, alertan en cada uno de estos conflictos abiertos.
El aumento de casos de coronavirus llega en un momento donde los conflictos en el sector salud se multiplican, por cuestiones salariales y laborales. Uno de los temas urgentes del personal de salud es la vacunación, que si bien priorizó a los trabajadores de la salud, en algunos distritos y algunas áreas viene con retraso.
Mientras que desde CICOP, gremio médico bonaerenses, aseguran que el personal sanitario de la provincia de Buenos Aires está “prácticamente todo inmunizado”, en la Ciudad de Buenos Aires la cosa es distinta.
Cuestionamientos a Larreta por la falta de vacunación
El manejo de dosis de la gestión de Horacio Rodríguez Larreta fue muy cuestionado, ya que no terminó de inmunizar al personal de los hospitales y habilitó la vacunación de profesionales independientes, a través de sus obras sociales.
Por eso, este miércoles trabajadores del hospital Moyano realizaron una protesta en la puerta del centro de salud. “Tenemos cientos de compañeros con los turnos para la segunda dosis de la vacuna cancelados, y otro tanto más sin vacunar”, explicó Mariano Veiga, secretario Adjunto de la Asociación Gremial Interdisciplinaria del Hospital Moyano (AGIHM).
En diálogo con Gestión Sindical, Veiga aseguró que si bien no tienen porcentaje del personal inmunizado “el otro día el propio Rodríguez Larreta en conferencia de prensa faltan 19 mil trabajadores de la salud por vacunar, lo que es muchísima gente”. En el Moyano, según la entidad sindical, le estaría faltando la vacuna al 50 por ciento del personal.
«CABA vacunó discrecionalmente al sector privado»
“Esto genera una bronca terrible, porque además venimos viendo como en este tiempo el gobierno de CABA vacunó de manera discrecional al sector privado, priorizándolo a través de las prepagas y particulares, que no tienen obligatoriedad de realizar tareas presenciales como en los hospitales”. Ante esto, el personal del Moyano realizó la actividad de protesta, sin obtener respuesta hasta el momento. “Si no fuera por nuestros reclamos estaríamos mucho peor”, se quejó Veiga.
En tanto, en uno de los conflictos más extendidos, personal autoconvocado de hospitales de la Ciudad de Buenos Aires estuvieron más de dos meses acampando frente a la sede del Ministerio de Salud nacional, en la avenida 9 de Julio, sin conseguir respuesta. Se trata de un grupo de personal de enfermería y otros sectores esenciales, que mantuvieron la presencia en ese lugar sin lograr respuestas de la cartera que comenda Carla Vizzotti.
Según le explicaron desde el sector a Gestión Sindical, los ejes de sus reclamos se central en “la declaración de insalubridad de la actividad sanitaria, que busca crear un régimen con jornadas laborales que no sean tan riesgosas, como tenemos ahora, que incluye beneficios previsionales respecto la jubilación adelantada; y una pensión para las familias de los trabajadores que enfermaros, tanto para los casos fatales como para quienes quedaron con secuelas luego de pasar por el coronavirus”.
En estos dos meses, según afirman, sólo tuvieron conversaciones informales con funcionarios nacionales, y dos reuniones con funcionarios porteños. Pero en ningún caso se logró un acuerdo. Ante el desgaste de la protesta, este miércoles se decidió levantar el acampe, pero mantener el plan de lucha con otra modalidad.
“Vamos a ir a los hospitales y centros de salud a realizar asambleas y actividades para que escuchar nuestro pedido, que haya pase a planta y se acabe la precarización”, agregaron.
Pedido de que no se permita la salida de vacunas producidas en el país
Para mejorar la vacunación del personal sanitario, desde FESPROSA le pidieron al gobierno nacional que no autorice la salida de vacunas producidas en la planta local de mAbxience, que el año pasado firmó un acuerdo con la farmacéutica AstraZeneca para realizar el principio activo en su locación en Garín, provincia de Buenos Aires, y completar su envasado en México, tarea a cargo de la firma Liomont. A cambio, el país recibiría 25 millones de dosis de la vacuna, algo que no sucedió hasta ahora por incumplimiento del laboratorio mexicano.
Por eso, FESPROSA y un centenar de entidades gremiales y sanitarias enviaron una carga al presidente Alberto Fernández donde le piden “suspender las remesas a México de la vacuna de AstraZeneca hasta que no comience la entrega desde dicho país de manera regular y suficiente de las vacunas envasadas; y se autorice bajo el régimen de emergencia a los laboratorios públicos y privados a envasar la vacuna producida por mAbxience, proveyendo la asistencia técnica y financiera necesaria”.
En cuanto a la situación gremial, la federación –que tiene sindicatos de base en todas las provincias –afirmó que sólo esta semana hubo medidas de fuerza en Tucumán, Chaco –paro de 48 horas y movilización –Neuquén y el conurbano bonaerense.
Durante todo marzo, los gremios de la FESPROSA realizaron varias actividades para denunciar el agotamiento de lo equipos de salud, así como la necesidad de reconocimiento. En tanto, la conducción nacional del gremio confirmó que prepara para el próximo 7 de abril, Día Mundial de la Salud, una jornada nacional de protesta, bajo las consignas “reparar la deuda con los trabajadores de la salud” y por un sistema sanitario universal, gratuito y de calidad”.
Reclamos también en el sector privado
Los conflictos sindicales incluso se generan en el sector privado, como pasa con la paritaria de los trabajadores de la Sanidad, que está en plena conciliación obligatoria, luego de un paro de actividades el viernes pasado en el sector asistencia, que incluye personal de clínicas, sanatorios, geriátricos y otros prestadores.
Además, esta semana la Asociación de Médicos de la Actividad Privada (AMAP) anunciaron en un comunicado que solicitaron un “reajuste salarial” al gobierno porteño, a quien acusó de someter “a miles de profesionales de la salud en la primera línea de batalla sin estar vacunados”.
La AMAP le pidió al sector empresario “dar cumplimiento al compromiso asumido de acordar en el mes de marzo de 2021 un ajuste de los salarios oportunamente negociados”. Señalaron el difícil contexto y la exigencia profesional por la que esperan “mantener el poder adquisitivo de los salarios de los médicos”.
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