Por escasez de dosis, los trabajadores esenciales deberán esperar para vacunarse contra el Covid-19
Los pedidos de distintos gremios para acceder a las vacunas hasta ahora no tuvieron respuesta, y según el Ministerio de Salud nacional deberán esperar hasta la llegada masiva de nuevas dosis. Desde el IDEP-Salud, esto genera “una disputa” entre los grupos prioritarios.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
A medida que fueron llegando las primeras vacunas contra el coronavirus, el Ministerio de Salud definió los grupos prioritarios, es decir, los primeros en recibir las dos dosis que inmunizan contra el mal. El personal de salud, por razones obvias, fue el primer colectivo en recibir la vacunación, en el marco de una escala que el gobierno fue perfeccionando y ampliando a medida que llegaron las dosis. En este contexto, muchos gremios salieron a reclamar incorporar a sus trabajadores en estos grupos, bajo el argumento que son esenciales y siguieron trabajando en medio de la cuarentena. Los pedidos comenzaron entre el personal del transporte público y los supermercados, e incluyó a empleados públicos de dependencias que volvieron a la presencialidad de las tareas. Las presiones por el momento no fueron efectivas, y la inmunización deberá esperar.
Es que el Ministerio de Salud admitió que las dosis necesarias para ampliar la inmunización no llegarán, por lo tanto, los grupos prioritarios “no se moverán” de los trazados originalmente. Los pedidos en los últimos días para vacunar a más sectores se multiplicaron, e incluyeron a los integrantes de comedores y centros comunitarios.
Para salvar esto, un gremio vinculado al PRO pidió dejar vacunar a las farmacias, pero los propios locales rechazaron esta posibilidad en el marco de la falta de dosis.
Situación de impasse
Los pedidos de los gremios para intentar vacunar a sus afiliados quedaron por el momento en suspenso, en el marco de la escasez de dosis que el propio presidente Alberto Fernández admitió en las últimas horas, a través de una conferencia de prensa.
Los pedidos que realizaron la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) o los empleados de supermercados no podrán ser resueltos, adelantaron desde el Ministerio de Salud, que admiten que la prioridad es vacunar a los “grupos de riesgo”.
Solo para los grupos que fueron declarados «prioritarios» desde el principio
“En el marco de la demanda mundial de vacunas, las que llegan serán direccionadas a personal sanitario, docente y adultos mayores. El resto deberá esperar”, le dijo a Gestión Sindical una fuente de la cartera sanitaria. La misma aclaró que incluso está en suspenso la aplicación de las dosis a “los nuevos grupos prioritarios” fijados la semana pasada cuando se anunció la llegada de 3 millones de dosis de la vacuna producida por China.
Estos grupos eran personas entre 18 y 59 años con condiciones de riesgo, personas que viven con VIH, hepatitis crónica, enfermedad renal en diálisis, como así también a trasplantadas, y con alguna discapacidad que residan en instituciones. Estos también deberán esperar, ya que las vacunas no llegan y la campaña entró “en una especie de impasse”. Lo mismo pasa con los reclamos sindicales.
Ante esto, se intensifican los reclamos, en un contexto donde la falta de vacunas atraviesa las fronteras y se volvió un problema internacional. “La disputa está por declarar esenciales a un universo de trabajadores que no fueron incluidos en estos grupos prioritarios al principio”, analizó Daniel Godoy, director del Instituto de Estudios en Salud de ATE (IDEP-Salud).
En diálogo con Gestión Sindical, Godoy remarcó que “en general, los que en principio fueron declarados como esenciales, esto es, el personal de salud y docentes y Fuerzas de Seguridad, se está vacunado al ritmo que da la provisión de vacunas, eso está bien. Se logró atravesar esas vallas para ir a vacunar a personas mayores de 60 años y con comorbilidades, pero mientras alcancen las dosis”.
Una demanda que choca contra la falta de dosis
En ese punto, el pedido de los gremios, incluyendo a ATE, que pidió vacunar a los empleados públicos de las dependencias que tengan trabajo presencial, choca con la falta de dosis. “El problema está ahí, en los trabajadores de comedores comunitarios, que están en disputa para que se declaren esenciales. Lo mismo pasa con los trabajadores del área de infancia, por ejemplo. Esa pelea está abierta”, admitió Godoy.
Sobre cómo avanza la campaña en todo el país, el titular del IDEP-Salud aseguró que “el ritmo de vacunación va bien, salvo lo que pasó en Capital Federal con la muerte de dos profesionales que no estaban vacunados, en el resto de las provincias tenemos un buen registro de inmunización, como la distribución se hizo por población estamos bien”.
Para el IDEP-Salud, el problema está en la geopolítica, y en los problemas que se originan en la disputa de las vacunas entre los países, además de los incumplimientos de la industria farmacéutica. En este sentido, la entidad de ATE lanzó este mes un informe donde analiza el panorama nacional e internacional, y denuncia esta situación.
La escasez de vacunas, un problema mundial atravesado por intereses y cuestiones geopolíticas
“La creciente desigualdad que sufren la mayoría de los seres humanos que habitan el planeta tierra inscribe un nuevo y repudiable capítulo con las vacunas contra el SarsCov2. La desproporcionalidad en la distribución de dosis es manifiesta y obscena. A esto, se suman la escasez y las dificultades de producción que afrontan todos los grandes laboratorios que ya cuentan con la autorización para comercializarlas”, analizó el trabajo, titulado “Vacunas contra el Covid-19: intereses, poder y geopolítica de la pandemia”.
Otro de los problemas que detecta el instituto de ATE es “el desconocimiento de la relación entre costo y valor de venta sigue en la oscuridad sin reparar en las regulaciones de acceso a la información de interés público”.
Para intentar tener información al respecto, tanto del valor de las dosis como de las negociaciones realizadas con el gobierno nacional, legisladores presentaron esta semana un proyecto para citar a los representantes de los laboratorios productores, para que expliquen al Congreso los motivos de la falta de dosis que vive el país.
La idea del macrismo que fue descartada hasta por las propias farmacias
Para salvar esta situación, un gremio vinculado al PRO decidió pedir que se abra la importación interna de vacunas, y que sean los privados los que las administren. Se trata del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos, cuyo titular Marcelo Peretta es referente de la flamante “pata sindical” de un sector del macrismo que representa Patricia Bullrich, denominada Confederación de Trabajadores y Empleadores (CTE).
En la semana, Peretta y Bullrich se mostraron juntos y reclamaron que se permita a los laboratorios importar vacunas, y aplicarlas a través de la red de farmacias privadas. “Con Marcelo Peretta proponemos la democratización de la compra de la vacuna, provincias, obras sociales, todos los sectores de salud y usar las farmacias y toda la infraestructura”, afirmó en redes sociales la ex ministra de Cambiemos.
Desde las propias farmacias rechazaron esta idea, considerado “un mero intento de hacer un negocio”. “Si no hay vacunas para países enteros, menos habrá para municipios, o una droguería de argentina. Es una ‘bomba de humo’ para hacer política con las vacunas”, afirmaron fuentes de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) ante la consulta de Gestión Sindical.
La entidad, que nuclea a unos 12 mil locales, le ofreció al gobierno ser parte de la vacunación oficial, a través de su red que todos los años inmuniza a millones de jubilados contra la gripe. “Pero lo propusimos como un servicio, no como un negocio, como quieren hacerlo”, agregaron las mismas fuentes. El mismo Godoy, del IDEP-Salud, consideró la propuesta “innecesaria”. “El problema no se dan por la red de distribución sino por los procesos de aprovisionamiento de las dosis, no es que sobran vacunas y no se están distribuyendo, sino que hay dificultad es la llegada de las vacunas”, concluyó.
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