Paritarias 2021: los gremios empiezan a “afinar el lápiz” pensando en recuperar lo perdido en la pandemia
La discusión salarial de este año estará atravesada por lo perdido en el 2020, un año de bajas salariales generalizadas. El informe mensual de ATE-INDEC alerta sobre la suba de alimentos, que fue incluso superior a la inflación promedio. Los primeros encuentros apuntan a esa doble vía. El sector público, el más perjudicado por los aumentos “a la baja” del 2020.
Durante el año 2020, la crisis generada por la pandemia tuvo un alto impacto en el sector laboral, destruyendo puestos de trabajo y haciendo retroceder el poder de compra de los salarios. En este punto, las principales estadísticas marcan que sólo unos pocos sectores lograron evitar perder ante la inflación, más allá de algún acuerdo puntual. Esa situación será clave para pensar las negociaciones este año, donde todavía el coronavirus será un condicionante a la hora de negociar paritarias. En los primeros días del 2021, ya se dieron algunos indicios de cómo encararán los gremios este tema clave, que en un año electoral gana importancia.
En este sentido, la dirigente espera no sólo aumentos acordes con la inflación, sino que a estos le sumará los puntos perdidos el año anterior, lo que hace que en algunas negociaciones ya se planteen números astronómico. En este sentido, preocupa que los alimentos experimenten un espiral de crecimiento mucho más importante que el IPC general, y tengan picos de subas interanuales de cerca del 60 por ciento, como sucedió con la carne y sus derivados.
Las paritarias 2021 plantean el doble desafío de pensar subas que permitan mantener el poder de compra en un año que asoma como muy problemático, y además recuperar lo perdido el año anterior, donde los salarios estuvieron en promedio por debajo de la inflación, que cerró en un 36,1 por ciento. “En el último informe del IPC se mantiene una tendencia que sigue preocupando a quienes vivimos de nuestro sueldo, que ataca sin discriminar a los trabajadores formales e informales, pasivos o aquellos que para subsistir deben recibir asistencia del Estado”, remarcó el último informe de la Junta Interna del INDEC.
El trabajo, al que tuvo acceso Gestión Sindical, hizo un análisis especial sobre el rubro alimentos y bebidas no alcohólicas, que tuvo una tasa anual del 42,1 por ciento. “Sin dudas el gran impulsor de los aumentos que se dieron a lo largo de 2020 en el rubro alimentos y bebidas no alcohólicas fue la carne y sus derivados, que finalizó el año con un alza del 57,6 por ciento, quedando 21,5 por ciento por encima de la inflación general”, destacó el informe elaborado por los trabajadores de la entidad nacional.
Desde el INDEC afirman que los últimos aumentos de combustibles impactarán en los precios de los productos incluidos en la canasta familiar, “con lo cual se hace imprescindible establecer no solo una política de precios, sino que también el control necesario para que los alimentos lleguen a las mesas familiares”.
Con estos números como antecedentes, los gremios ya comienzan a pensar en los aumentos para este año, sabiendo que salen con una fuerte desventaja, que es lo perdido en 2020. Los primeros que comenzaron a negociar en el sector privado son los integrantes de la Asociación Bancaria y el Sindicato de Comercio. En el último caso, como informó esta semana Gestión Sindical, la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECYS), que lidera Armando Cavalieri, solicitó a las cámaras empresarias de la actividad “un aumento salarial del 25 por ciento y la incorporación a los básicos de convenio del bono de 5 mil pesos oportunamente otorgado al personal para clausurar la paritaria de 2020”.
La intención de la dirigencia, en la previa, es “igualar la inflación”, aunque la mayoría sabe que para eso se debe incorporar lo perdido en 2020. Pero en muchos casos las pérdidas se acumulan desde otros años, lo que complica la situación.
En el sector público, este retraso se ve más claramente. Es que el sector estatal, en todos sus niveles, es uno de los más castigados por la pérdida salarial. Los municipales, por ejemplo, calculan que en promedio los trabajadores perdieron “hasta 30 puntos el año pasado”, y eso “condiciona la discusión”. Así se lo dijeron a Gestión Sindical desde la Confederación de Trabajadores Municipales (CTM), que viene pidiendo un consejo nacional que cree un piso de ingresos para todo el país, y así evitar que haya salarios “de miseria” en algunas zonas del país. En este sentido, remarcaron que la idea del consejo es “justamente lograr un piso salarial, para saber desde dónde negociamos”.
En este punto, criticaron que “la CGT haya permitido rebajas salariales, que también se suman a lo perdido por la inflación”. El sector rechazó el acuerdo firmado por la central obrera y la UIA, que permitió al inicio de la pandemia rebajar un 25 por ciento el salario de empleados que por el aislamiento no fueron a trabajar. “Eso también debería ser parte de la discusión de este año”, alertaron.
La acumulación de pérdida salarial en el Estado nacional es uno de los ejemplos de cómo las paritarias de los últimos años no lograron equiparar la inflación, por más que se insista con eso. “Seguimos siendo los grandes perdedores del programa económico del gobierno”, destacó el informe de ATE-INDEC. Según el trabajo, “aunque el gobierno nos diga que los salarios estatales en su mayoría le empatarían o ganarían a la inflación, por todo lo expresado en los ejercicios anteriores resulta obvio que tales incrementos son insuficientes para lograrlo”.
Los cálculos son realmente escalofriantes: la pérdida global acumulada del salario, tomando como referencia y línea de base el poder adquisitivo en noviembre de 2015 de una categoría D0 operativa de planta transitoria, indican un retroceso de 36,6 por ciento, entre noviembre del 2015 a diciembre del 2020. En efectivo, lo que dejaron de recibir los estatales nacionales asciende a 667 mil pesos. “Como vemos, en cinco años el salario de referencia percibido en diciembre 2015, actualizado a pesos de noviembre 2020 debería de ser 56.591 pesos, y no los magros 33.886 pesos de hoy”, concluyó el informe de los trabajadores del INDEC.
El último acuerdo de los gremios estatales incluye un aumento del 18 por ciento en tres cuotas: 4 por ciento en febrero, 6 por ciento en marzo y 8 por ciento mayo, más el pago de cifras no remunerativas.
En materia de pérdida salarial, lo que sucedió con el mínimo, vital y móvil sufrió en el 2020 y en los años anteriores una de las caídas más estrepitosas. En términos nominales, en un año pasó de 16.875 pesos para los trabajadores mensualizados a 20.587,50 pesos, un aumento del 22 por ciento, frente a una inflación promedio del 36,1 por ciento. Representa punta a punta una pérdida del 14,1 por ciento. Pero como recordó el centro CIFRA de la CTA de los Trabajadores, desde la asunción de Mauricio Macri “el deterioro fue intenso”.
“Con cuatro años consecutivos de aumentos nominales que fueron inferiores a la inflación, perdió 25,1 por ciento adicional, aproximadamente un cuarto de su capacidad adquisitiva”, remarcaron en un informe donde se analizó la caída del salario, que es una especie de “línea de flotación” para los ingresos de los informales y de algunos beneficios sociales.
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