La inflación de julio fue del 2,4%, según el Instituto de Estadística de los Trabajadores
De esta manera, el acumulado en los siete meses del año lega al 16,1%. La suba estuvo motiva por el descongelamiento de productos incluidos en el esquema Precios Máximos. También los precios de los bienes con alto contenido importado, como electrónica de consumo y electrodomésticos, siguieron impulsando la inflación.
El costo de vida de los trabajadores sindicalizados aumentó un 2,4% en julio y acumuló así un alza del 16,1% en los primeros siete meses del año. Así lo informó hoy el Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET), al revelar su informe mensual sobre el impacto de la inflación en el bolsillo de quienes tienen un empleo registrado.
El dato de julio es el mismo que en junio (2,4%), pero está por encima del 1,5% de mayo y del 1,4% de abril.
De este modo, la suba de precios acumuló un 16,1% en los primeros siete meses del año y, de seguir con el mismo patrón de inflación en los próximos cinco meses, 2020 cerraría con una
variación de precios del 29,1%.
En los últimos doce meses, por su parte, la inflación acumuló un 42%.
Según el Instituto, dependiente de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), el avance de los precios en julio estuvo determinado por varios factores.
En primer lugar, por la revisión del esquema de Precios Máximos vigente desde el 20 de marzo, y que había permitido una fuerte desaceleración de los precios de los alimentos en los últimos meses.
Con ajustes superiores al 3% en buena parte de la canasta alimentaria, el promedio mensual terminó siendo del 2,5%, aunque habrá un arrastre importante en agosto.
En segundo lugar, los precios de los bienes con alto contenido importado, como electrónica de consumo y electrodomésticos, siguieron impulsando la inflación, posiblemente producto de que
parte de estos, en dichos segmentos, se encuentran fijados al dólar paralelo.
Y, en tercer lugar, el Hot Sale del 27 al 29 de julio permitió una desaceleración transitoria en los precios, y que con fuertes rebajas permitieron un boom de consumo digital (+69% de operaciones de compra respecto al año pasado, de acuerdo con la Cámara de Comercio Electrónico).
Por otra parte, los servicios públicos, la nafta, las prepagas y los colegios privados no presentaron variaciones de precios, rubros que permanecieron congelados, lo que permitió que la inflación de julio permaneciera dentro de rangos moderados, sobre todo si se compara con lo ocurrido en los últimos años.
Además, el informe resalta que la producción industrial pasó de caer el 33,5% interanual en abril al 6,6% en junio; y también se observaron repuntes en el consumo (producto de las flexibilizaciones a la cuarentena) y en la construcción que, según el índice Construya que mide la actividad de las principales empresas fabricantes de materiales para la construcción, hubo en julio una expansión del 13% interanual.
Para el IET, el empleo formal asalariado en el sector privado lleva una caída acumulada desde febrero del 2,5% y se suma a la experimentada desde abril de 2018.
En efecto, desde ese mes el empleo ha caído casi todos los meses y acumula una baja del 7,1% (de los cuales 2,5% fueron por la pandemia).
En términos absolutos, se trata de una baja de 449.000 empleos de calidad en poco más de dos años.
El informe aclara que la baja del empleo formal en Argentina es más moderada que en otros países de la región: de acuerdo con un estudio del Ministerio de Trabajo de la Nación, entre febrero y mayo el empleo de calidad se contrajo 2,5% en Argentina, contra 7,5% en Brasil, 12,2% en Chile, 13,8% en Estados Unidos y 19,2% en Canadá.
Según el informe, las razones de esta menor baja está vinculada a una institucionalidad del mercado laboral más regulada, junto con una serie de políticas públicas que apuntaron a una reducción de daños del COVID-19.
Entre ellas se destacan la prohibición de despedir, la creación del programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) y el esquema de suspensiones.
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