22 de Noviembre
de 2024
Actualidad.

Repositores externos de Unilever de zona oeste, en pie de lucha por mejoras salariales

31. 07. 2020

Piden aumentos de incentivos, congelados desde 2015; un bono por tareas esenciales y apertura paritaria.

Por Claudio Garibotto

Los repositores externos de Unilever de la zona oeste están en plena lucha por lograr mejores condiciones laborales. Los reclamos concretos son tres: aumento de incentivos, que están congelados desde el 2015; un segundo bono por desarrollar un trabajo esencial en medio de la pandemia del Covid-19; y apertura de paritaria de excepción, con efecto retroactivo a abril de este año. “Cuando hablamos con delegados que están en Producción de las diferentes plantas, ellos nos dicen que están trabajando como nunca. Pero sin embargo, aunque a la empresa le va muy bien, nadie escucha nuestros reclamos, que además son totalmente lógicos”, dice Jonathan Villanueva, delegado del Sindicato de Empleados y Obreros de Comercio y Afines (SEOCA) en la empresa.

El delegado detalla que “nosotros representamos a toda la zona oeste: San Justo, Gregorio de Laferrere, Merlo, Morón, González Catán, Marcos Paz, Ituzaingó y Villa Luzuriaga. Y, por suerte, tenemos un 95% de compañeros que están unidos para tratar de cambiar el panorama, porque entendieron que esta es una lucha de todos”. Y cuenta que como “en Recursos Humanos nadie nos escucha, pedimos una audiencia en el Ministerio de Trabajo y ahora estamos esperando que nos citen”.

Villanueva explica que “por incentivos recibimos $800, que es una cifra irrisoria. Y nuestro salario está entre los más bajos del mercado. Tanto, que estamos al nivel de lo que recibe un trabajador precarizado de las nuevas plataformas de servicios, como Glovo o Rappi”. Además, sostiene que hoy en día “nuestro trabajo ya no es estrictamente de repositor, porque la empresa nos da un teléfono con el cual también tenemos que registrar el stock y pasar información y fotos de los precios de los productos de la competencia. Es decir que hacemos tareas administrativas. Y esos teléfonos tienen un servicio de geolocalización, así que encima los usan para controlarnos, algo que está fuera del marco legal”.

Precisamente, el apagar los teléfonos es la medida de reclamo que están tomando en estos días. “Y veremos cómo sigue la situación. No descartamos llegar a hacer un paro de actividades si es necesario, pero ojalá se solucione antes”, dice. Y remarca que “pedimos cosas lógicas, especialmente porque somos un sector que estamos en riesgo permanente de contagio, porque trabajamos en un sector donde hay mucha circulación del virus”.

Como una paradoja de lo que viven los trabajadores externos, a comienzos de esta misma semana se conoció que Unilever ratificó su plan de inversiones en el país, al anunciar que destinará $111 millones destinados a tres grandes proyectos: una nueva línea de sanitizantes Rexona, la nacionalización de la producción de jabones Dove, y jabones para lavar la ropa Ala y Skip con nueva tecnología diluible. Además, se continuará con el plan de nacionalización de materiales e insumos con el fin de sustituir y reducir a la mitad sus importaciones. Y esa cifra es adicional al programa de más de $4.800 millones que Unilever había anunciado para el período 2016-19. Un motivo más para que los empleados no comprendan por qué no se escuchan sus demandas.

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