Alertan que corren peligro unos 30 mil puestos de trabajo del sector de la floricultura
Desde el inicio de la pandemia, viveros y productores de flores están inactivos, por lo cual se atraviesa una crisis sin precedentes. Para el Sindicato Argentino de Trabajadores Horticultores y Agrarios (SATHA), si no se toman medidas, se podrían perder 30 empleos, de forma directa e indirecta. Sólo en la provincia de Buenos Aires la actividad emplea a 4 mil personas, que hoy tienen “una enorme incertidumbre sobre su futuro”.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
En una reciente reunión en el Ministerio de Agricultura nacional, se acordaron los protocolos para seguir en esta pandemia en el sector de la floricultura. Si bien la actividad está exceptuada desde un principio del aislamiento social obligatorio, recién en estos días se establecieron las pautas para producir y transportar el material, gracias la negociación entre el Estado nacional y los representantes de la Asociación Argentina de Floricultores y Viveristas. Pese a esto, la situación del sector florícola genera alarma. Según estimaciones, por la crisis económica producida por la pandemia, corren peligro unos 30 mil puestos laborales, que incluyen a trabajadores de las plantaciones hasta empleados de viveros y productos afines.
“Es un verdadero desastre lo que está pasando”, alertaron desde el Sindicato Argentino de Trabajadores Horticultores y Agrarios (SATHA), que remarcaron que en la provincia de Buenos Aires son 4 mil los trabajadores en peligro. Aseguran que más allá de las reuniones en Agricultura, las autoridades no toman medidas para combatir esta situación, que podría explotar antes que finalice la pandemia de coronavirus. En cuanto a la actividad hortícola, hay tranquilidad porque se mantiene la actividad pese a los problemas generales.
A partir de la reunión en el ministerio de Agricultura, se establecieron las formas de trabajo en cuarentena para la cadena productiva y comercial de flores de corte y plantas ornamentales, popularmente conocido como sector florícola. El gran problema es que la actividad está casi paralizada por la situación económica, y la imposibilidad de abrir de los viveros.
De acuerdo a las estimaciones del SATHA, en la provincia de Buenos Aires hay “4 mil puestos de trabajo en peligro”, que alcanzan los 30 mil si se extiende la mirada a todo el país “estamos muy mal, estamos pasando una situación extrema. Los productores no trabajan hace un mes y medio, tienen todos los invernáculos vacíos, los trabajadores cobraron el primer mes pero no sabemos cuándo van a volver a cobrar”, lamentó Gustavo Arreseygor, titular del SATHA.
“En la Provincia son alrededor de 4 mil los empleados del sector, pero si sumamos a todo el país llegan a 30 mil, si contamos además de los trabajadores toda la industria que está alrededor, como los parquistas, los viveristas, los que hacen masetas, todo lo que se mueve alrededor”, le explicó Arreseygor a Gestión Sindical.
El impacto de la inactividad que se inició con el decreto de aislamiento social obligatorio golpeó de manera especial a la industria de flores y derivados, por lo que se llevó el recamo a las autoridades. A partir de esto se creó un protocolo de producción, para intentar recuperar la producción. Una de las medidas tomadas fue habilitar el tránsito interjurisdiccional para el traslado de la producción, siguiendo las normativas del Ministerio de Transporte con respecto a la carga transportada. Además, los floricultores y viveristas se comprometieron a cumplir con las recomendaciones de seguridad y cuidados de todos los trabajadores, según quedó establecido en la reunión con las autoridades nacionales.
En el primer mes de inactividad, las estimaciones del sector es que se perdió el 70 por ciento de la capacidad de trabajo, con “pérdidas irreparables” para el sector, que llegó a tirar las flores ante la imposibilidad de venderlas. Desde el Frente Agropecuario Regional Campesino, ejemplificaron que “las pérdidas para la producción de rosas son altísimas, porque estamos en plena temporada, ya que todas las rosas que se habían sacado para el día de los enamorados, están volviendo a sacar brotes ahora, y aunque se tengan que tirar las flores, igual hay que seguir haciendo mantenimiento a la planta, porque si no se echa a perder”.
Como muchos productores son pequeños, e incluso emprendimientos personales o familiares, entidades pidieron que los trabajadores puedan cobrar el Ingreso Familiar de emergencia (IFE). Además de Buenos Aires, Mendoza es otra provincia que tiene una gran actividad del sector, donde piden medidas para reactivar las medidas.
Ante la situación de crisis, Arreseygor busca que las autoridades tanto en la provincia de Buenos Aires como en el país acerquen alguna respuesta. “Es una barbaridad la cantidad de puestos de trabajo en juego, y es una barbaridad que no haya una respuesta los reclamos”, sostuvo el dirigente sindical. En este sentido, el SATHA remarcó que están trabajando con el senador provincial Omar Plaini para articular un proyecto para tratar de salvar la actividad.
“Estamos pensando en una reconversión de la floricultura a la horticultura con una salida rápida, y que esos productos alimenticios sean rápidamente colocados a través del Estado en comedores, servicio penitenciario, que se compra rápidamente y permitan sostener a esas familias que hoy no tiene trabajo”, explicó Arreseygor. Más allá de esto, no hay una respuesta concreta a los reclamos del sector.
Hacé tu comentario