El sindicato exclusivo para pilotos de Latam, una amenaza para el resto de los aeronáuticos
Si bien la separación es de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), las otras organizaciones consideran que el próximo paso es lograr “un gremio por empresa”. Para eso, creen que cuenta con el aval del gobierno nacional. El conflicto se da en medio de la puja por las limitaciones en el aeropuerto de El Palomar, que puede condicionar el desarrollo del modelo aerocomercial que impulsa Macri.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
En las próximas horas, la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) podría fracturarse, si finalmente se cumple la amenaza de los comandantes de la empresa Latam, que vienen trabajando en crear su propio gremio. La idea de romper con APLA comenzó a tomar cuerpo hace un tiempo, que en la última asamblea de la organización quedó en la superficie, ya que los trabajadores de la empresa de origen chileno no estuvieron de acuerdo con la conducción que decidió lanzar un plan de lucha por la puja por la ruta Buenos Aires-Miami, que la firma podría dejar de operar si no se aprueba el denominado “interchange”.
De concretarse, por el momento sólo incluiría a pilotos, pero para el resto de los sindicatos del sector “es una amenaza”, ya que se podría avanzar hacia el modelo impuesto en la línea Flybondi: un gremio por empresa. Además, el posible cierre del aeropuerto de El Palomar genera incertidumbre, y puede ser un “duro golpe” para las empresas “low cost” y la política aerocomercial que impulsa el gobierno nacional.
La posibilidad de un gremio exclusivo para pilotos de Latam pone en alerta al resto del sector, que creen que de concretarse es “una amenaza” en el futuro. Es que el modelo que impulsa el gobierno nacional es el de un “sindicato por empresa”, como hizo con las “low cost” Flybondi y Norwegian, que ya tienen sus propias organizaciones. Si bien por el momento las versiones hablan de una fractura sólo en APLA, nada garantiza que otros conflictos no termine de la misma manera.
“No es ningún secreto que la intención de las líneas aéreas es lograr un sindicato por empresa, lo hicieron en otras partes del mundo y así lograron atomizar a los sindicatos”, le dijo a Gestión Sindical una fuente del sector. Además, la misma fuente vinculó esta idea “con las características del gobierno actual, ya lo hizo y es tentador, incluso para otros les puede gustar tener a los aeronáuticos separados por empresa y no por actividad”.
El sector aeronáutico está atomizado en varias organizaciones. Por un lado, los Sindicatos Aeronáuticos Unidos forman un bloque que trabaja en unidad, y está integrado por la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), la Asociación Personal Técnico Aeronáutico (APTA), la Unión de Aviadores de Líneas Aéreas (UALA), Tripulantes de Cabina de Pasajeros de Empresas Aerocomerciales (Atcpea) y la Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales (UPSA), entre otros, Por otro lado, está la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), que suele actuar de manera independiente.
Todos ellos miran de reojo lo que pueda pasar por Latam. La secretaría de Trabajo ya habilitó dos entidades de este tipo: la Asociación Sindical de Trabajadores de Flybondi y la Unión de Empleados de Norwegian (UNEN). Ambos fueron inscriptos en el Registro de Asociaciones Sindicales de Trabajadores, con un claro aval del gobierno.
Esta relación entre los nuevos sindicatos y el gobierno se estrenó en estos días, luego que la justicia limitara las operaciones en el aeropuerto de El Palomar, base de operaciones de las “low cost”. Por pedido de un colectivo de vecinos presentó un amparo y logró un fallo de la jueza Martina Forns ordenara restringir los vuelos nocturnos que van de las 22 a las 7.
Flybondi apeló la medida, mientras que la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) presentó una serie de medida y un informe para intentar levantar las limitaciones. Pero la magistrada se mantiene firme, y por el momento la orden comenzará a cumplirse a regir el próximo 26 de septiembre. Para intentar torcer la medida, el gremio de Flybondi se movilizó, e incluso amenazó con un paro. En estos movimientos se pudo ver cómo trabajan de manera coordinada las empresas, la ANAC y este gremio, acusado de ser parte de la propia empresa, en este caso para evitar la limitación.
Por su parte, los trabajadores de la administración vienen alertando sobre la política aerocomercial, pero también pusieron reparos a la limitación judicial. “Si se limitan las operaciones de El Palomar indudablemente va a afectar a las empresas, pero creemos que la solución no pasa por la limitación, sino de hacer las obras necesarias para que garantizar que el aeropuerto sea seguro”, sostuvo Marcelo Belelli, coordinador nacional de ATE-ANAC.
El dirigente le dijo a Gestión Sindical que lo que se necesita “es hacer mejoras para lograr una operación segura”, más allá que la medida sea o no efectiva. Para Belelli, si se termina confirmando la limitación, será “un golpe para el modelo que impulsa el gobierno, condicionará el desarrollo de estas aerolíneas”. ATE-ANAC y la AAA vienen cuestionando el modelo para el sector que impulsa el macrismo, a través del Ministerio de Transporte nacional, y piden se declare la “emergencia aerocomercial”.
La crisis del modelo que impulsa el gobierno nacional, titulado pomposamente “la revolución de los cielos”, se profundiza en los últimos meses. A fines de julio, la empresa Avian Líneas Aéreas, que explota la marca Avianca Argentina, pidió su convocatoria de acreedores ante la Justicia Comercial, lo que generó alarma en el sector, por los posibles despidos si la firma deja de operar.
El pasivo de 8 millones de pesos anunciado por la firma fueron uno de los principales motivos para dar este paso, que si no logra revertirse conduce a la quiera de la firma. Avianca dejó de volar en junio, y había pedido ya acogerse al proceso preventivo de crisis ante la Secretaría de Trabajo, y ahora el concurso pedido sería la única forma de intentar un salvataje de la empresa. La compañía aérea, una sociedad que explota la marca Avianca Argentina, surgió luego de comprar, a mediados del 2016, la compañía Macair Jet, que era propiedad de la familia del presidente Mauricio Macri. La empresa habría alegado ante la Justicia como causa principal de su crisis financiera la “competencia desigual” contra Aerolíneas Argentinas.
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