El sindicalista macrista Herme Juárez obtuvo la prisión domiciliaria en su mansión santafesina
Está procesado en una causa por lavado que lleva adelante el juez federal de Campana, Adrián González Charvay.
Herme Juárez, el sindicalista portuario detenido por lavado de dinero y extorsión a comienzos de agosto, llegó este domingo cerca de las 6.15 de la mañana a su lujosa mansión en el cordón industrial de San Lorenzo, localidad ubicada a pocos kilómetros de la ciudad de Rosario, para cumplir con su prisión domiciliaria.
El sindicalista allegado al macrismo, que se encontraba alojado en el penal de Ezeiza desde el 1° de agosto pasado, viajó acompañado por personal del servicio penitenciario en una camioneta Ford Ranger doble cabina blanca, escoltada por un vehículo similar. Sin esposas ni compañía se bajó de la camioneta este domingo al amanecer y caminó solo hasta su casa en Hugo Parente 1025, de San Lorenzo.
Según publicó el diario rosarino La Capital, único medio que estuvo en el lugar, el operativo policial fue discreto y contó con sólo dos uniformados que se ubicaron a los lados del vehículo y lo observaron entrar a su domicilio. Fue el viernes pasado que el juez federal de Campana, Adrián González Charvay, le concedió el beneficio al sindicalista de 78 años.
El mismo medio constató que desde la medianoche medio centenar de estibadores se reunieron frente a la imponente casa de Juárez, para esperarlo. Llegaron con carteles y pasacalles en apoyo al dirigente, que cubrieron la esquina donde está la vivienda. A su llegada muy temprano esta mañana sin embargo ya no estaban en el lugar.
Juárez se desempeña como secretario general del Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA) y fue arrestado el pasado 1° de agosto luego de un operativo que incluyó 31 allanamientos. Se lo acusa de varios delitos, entre ellos de haber conformado una asociación ilícita que lavó dinero y realizó estafas, con otras figuras penales como malversación de caudales privados y públicos.
Junto a Juárez fueron detenidas otras diez personas: su hijo Oscar Juárez, el gerente Gustavo Daniel Badia, el ex tesorero Hernán Mario López, el tesorero Damián Luis Bunuello, Pablo Luis Bunuello, el síndico Ramón Rubén Tévez, el abogado de la cooperativa San Lorenzo Ramón Jorge Jeres, su hermano y presidente de la cooperativa Iván Daniel Juárez y José Luis Gómez.
A lo largo de los años, Juárez se hizo con el control total de los negocios que se desarrollaron en el Puerto San Martín. Con el paso del tiempo extendió sus influencias hasta el puerto de San Lorenzo, donde funciona una célula de idéntico funcionamiento, llevada a cabo por una cooperativa explotada por su hermano, Iván Juárez.
En los papeles, el objetivo «oficial» de las cooperativas era generar fuentes de empleo entre trabajadores que percibirían de manera equitativa los beneficios del negocio. Sin embargo, la justicia investiga si Juárez convirtió esa cooperativa en una suerte de empresa privada que se aprovechaba de los beneficios impositivos para enriquecer su patrimonio personal.
Pese a que la ley lo contempla, ningún estibador habría participado en las ganancias de la cooperativa, ni habría votado en las asambleas. A lo largo de las décadas, todas las decisiones habrían sido tomadas exclusivamente por Herme Juárez.
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