22 de Noviembre
de 2024
Fuera de Megáfono.

La pelea de Pichetto con el moyanismo agrega una nueva interna entre los gremios

04. 12. 2018

El senador busca apoyos entre la dirigencia sindical para potenciar su carrera presidencial. Las críticas de Pablo Moyano por la aprobación del presupuesto dividen aguas, y podrían sumar más fragmentación en el movimiento obrero. Ambos espacios se disputan el freno a la reforma laboral.

Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical

Antes de que se aprobara el presupuesto 2019 en el Senado nacional, el dirigente de Camioneros Pablo Moyano dejó una dura advertencia: quienes voten la iniciativa del oficialismo “traicionarán” el voto peronista.

Los dichos tuvieron como principal destinatario a Miguel Ángel Pichetto, jefe del bloque del Peronismo Federal y responsable de la negociación entre el gobierno nacional y los gobernadores, que finalizó con la aprobación de los números elaborados por la Casa Rosada.

La tensión entre el moyanismo y el rionegrino generó un nuevo frente de tormenta en el atomizado movimiento obrero, que busca un nuevo liderazgo dentro de la CGT, sino que además trabaja para la unidad del peronismo.

Fuego cruzado

En el entorno del senador aseguran que es “ingrato” tratarlo de traidor, y recordaron que fue él quien paró la reforma laboral, y no la dirigencia de Camioneros. Del otro lado apuntan a que estas medidas están destinadas a potenciar la candidatura presidencial del legislador, y recalcaron que sólo una unidad amplia con todos los sectores permitirá derrotar a Cambiemos.

La pelea ya generó episodios de conflicto en distintos espacios del gremialismo, que sigue en busca de un proyecto que termine con el presente de fragmentación.

La acusación de “traidor” que hizo Pablo Moyano contra Pichetto cayó mal entre los dirigentes que están acompañando al senador en su sueño presidencial. La aprobación del presupuesto estuvo consensuada con los gobernadores, y fue parte de una intensa negociación que se desarrolló con el senador como nexo e intermediario.

Los dichos de Moyano son compartidos por los espacios más rebeldes de los sindicatos, que piden que haya una actitud más hostil desde todos los sectores que se dicen opositores.

El descargo

“No se puede llamar traidor a alguien que se jugó para frenar la reforma laboral, que perjudicaba a los trabajadores”, sostuvo un dirigente que suele mostrarse en las recorridas de Pichetto, en especial por el conurbano bonaerense.

En diálogo con Gestión Sindical, este dirigente sostuvo que “Pablo Moyano se quiso colgar la medalla de frenar el proyecto de reforma laboral, pero el que lo ‘volteó’ en el Senado fue Pichetto”.

Los gremios que apoyan la precandidatura del rionegrino reportan a varios espacios del movimiento obrero, desde la CGT hasta el Frente Sindical para el Modelo Nacional, el espacio que lidera el moyanismo y la Corriente Federal.

La defensa de la figura del senador apunta a su “lealtad” a los gobiernos del PJ en los últimos años. “Fue siempre orgánico al partido, y hoy es quien puede aglutinar a todos los espacios”, dijo el dirigente consultado.

«No quieren que Pichetto se acerque a los gremios»

El malestar entre las partes generó algunos roces en el ya fragmentado movimiento obrero. A principio de este mes, las 62 Organizaciones Peronistas que lidera Horacio Valdez invitó a Pichetto a una jornada de debate, a la sede del sindicato del Vidrio.

Pero la iniciativa generó malestar entre el moyanismo, que forma parte de este espacio gracias a un acuerdo rubricado hace un tiempo. Ante la posibilidad que Camioneros “cope” el acto, y genere un clima de tensión o reproche en el senador, la actividad se suspendió.

“No quieren que Pichetto se acerquen a los gremios”, afirman desde el entorno del senador, que tienen buena llegada a muchos de los integrantes de ese espacio. Sin embargo, el senador no estuvo en el acto del 7 de octubre que se organizó en Córdoba, y prefirió mostrarse con la dirigencia alineada con la CGT, incluyendo la fracción de las 62 Organizaciones que formó Luis Barrionuevo, con Hugo Benítez a la cabeza.

En el espacio que lidera Valdez admiten que la inclusión de Pablo Moyano fue “un acto defensivo”. “Cuando Barrionuevo lanzó sus propias 62, sumó a los gremios grandes, y nos dejó en desventaja. Por eso sumamos a un gremio con espalda como Camioneros, para poder sostener la disputa”, sostuvo una fuente muy cercana a la conducción de ese espacio, ante la consulta de Gestión Sindical.

Este “matrimonio por conveniencia” empieza a generar ruidos, y podría terminar por las diferencias respecto a la figura de Pichetto.

Diferencias por la mirada política

En la actualidad, las diferencias entre los distintos espacios que forman la CGT y el movimiento obrero están basadas en mirada políticas, y se pueden ver reflejadas en los problemas de liderazgo en la central obrera. La salida de Juan Carlos Schmid terminó por erosionar la conducción tripartita, y dejó a los “gordos” y los “independientes” como los verdaderos referentes de Azopardo.

La “mesa chica” mantiene el diálogo con el gobierno, y acordó el bono de fin de año, una forma de desactivar cualquier protesta antes del cierre del año. Para los espacios “rebeldes”, esto muestra los problemas de la conducción cegetista. “No hay rumbo, hay una gran confusión política, la central no tiene un rumbo, y eso lo pagan los trabajadores”, sostienen entre los sectores más enfrentados con el triunvirato fallido de la CGT.

“Fracasaron” dicen sin filtros ante Gestión Sindical, y piden un confederal que termine con este estado de acefalia. En este punto cerca del Frente Sindical dicen que “tenemos los votos para ganar la conducción”, aunque admitieron que una elección es muy difícil, sin un liderazgo nítido. “Guste o no, no hay un Hugo Moyano, y mientras pase eso estaremos en este estado de dispersión”, concluyeron.

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