Pese a los reparos judiciales, Roberto Fernández realizó las elecciones en la UTA y se proclamó ganador
El actual secretario general fue elegido para continuar al frente del gremio de los colectiveros, en el marco de unos comicios marcados por la controversial legal. La impugnación de la única lista opositora casi hace caer las elecciones, cuestionada por la ley. Pero el dirigente las hizo igual, y ahora deberá ratificarla en los tribunales. Disidentes a su mandato quemaron urnas en algunas cabeceras.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
El jueves y viernes pasado, en medio de cuestionamientos judiciales y un paro de varios días en el interior del país, el gremio de colectiveros UTA fue a las urnas. Con escasa participación, los afiliados ratificaron la conducción de Roberto Fernández, que se adjudicó el triunfo, ante la ausencia de listas opositoras. La única presentada, encabezada por el ex aliado Miguel Bustinduy, fue dada de baja por la Junta electoral, lo que generó un reclamo ante la Justicia, que estuvo cerca de suspender los comicios. Pese a esto, el sindicato votó, y proclamó la continuidad del dirigente, que hace una década reemplazó al histórico Juan Manuel Palacios en la conducción.
Desde la oposición aseguraron que “votó una minoría”, y remarcaron que el estatuto está preparado para “que gane siempre el oficialismo”. En las provincias hubo algunas sorpresas, con derrotas de algunos dirigentes de larga trayectoria. En algunos lugares de trabajo los delegados y simpatizantes de la lista opositora quemaron las urnas. La polémica elección se da en medio de un paro que afecta al interior, en plena negociación con el gobierno y las empresas de transporte por los subsidios, y el realineamiento de Fernández dentro del universo de la CGT.
Durante los dos días de votación, los colectiveros y afiliados de la UTA votaron por la única lista nacional, encabezada por Fernández, y las listas locales. Según el gremio, el dirigente se consagró ganador y continuará en la conducción cuatro años más. Hasta último momento los comicios estuvieron en peligro, ya que la oposición presentó un recurso de amparo, para que se suspendan, por considerar que hubo irregularidades en la decisión de la Junta electoral que no dejó competir a Miguel Bustinduy a nivel nacional.
Pero horas antes de que comience la elección, otro fallo le dio el visto bueno al oficialismo, que votó. “La medida cautelar presentada por la agrupación Roja se ha suspendido, por apelación en curso. Por lo tanto se vota”, fue el mensaje viralizado por redes sociales y WhatsApp el jueves pasado, según le contaron a Gestión Sindical varios colectiveros de distintos puntos. Así, la votación se hizo sin la participación de la gente de Bustinduy –con fuerte presencia en las líneas del grupo DOTA –y los sectores clasistas, sobre todo la línea 60. En total, unos 00 mil afiliados estaban en condiciones de votar, y la UTA no difundió cifras de participación.
“Voto la minoría que sostiene a Fernández en el poder”, sostuvo una fuente de la oposición. En diálogo con Gestión Sindical, esta fuente recordó que Miguel Bustinduy “todavía es parte de la conducción nacional, y está peleado con Fernández por una cuestión del manejo de los fondos para la obra social que vienen de DOTA”. En varias empresas y lugares de trabajo, donde la línea opositora tiene mayor presencia, incluso se quemaron urnas y las boletas se tiraron por las ventanas. “El oficialismo negocia junto a las empresas los subsidios para el transporte, están más interesados en evitar un ajuste en ese tema que en la realidad de los laburantes. Por eso los trabajadores no participaron de la elección, porque la UTA no es un gremio que fomente eso”, agregó la misma fuente.
Donde sí hubo elecciones fue en algunas provincias. En salta, por ejemplo, el actual secretario general Jorge Flores perdió con el líder de la oposición, Miguel Barrera, En Neuquén también hubo competencia, y Javier Soto derrotó al oficialismo, que llevaba a Néstor Belmúdez para la reelección. En San Juan, tras 27 años la actual conducción fue derrotada, y Marcelo Maldonado reemplazará a Alejandro Villavicencio. “Esto marca el nivel de descontento que existe con el oficialismo, donde dejan votar pierden”, dijeron desde la oposición. En las provincias, del interior, desde hace dos semanas que hay paro por la noche, reclamando a las cámaras empresarias que paguen el plus salarial de este mes acordado en la paritaria nacional.
Ante la falta de respuestas, lo que iba a ser un paro de cuatro días lleva casi 15, con amenaza de mantenerse en el tiempo. En varias ciudades del interior el corte de servicio a las 22 trae serios inconvenientes y quejas, y en algunos casos, como en Posadas, hasta hizo adelantar el fin de las clases universitarias, ante la falta de transporte para los estudiantes.
La polémica elección se da en medio de los tironeos internos de la CGT, que tiene a Roberto Fernández como uno de los ejes centrales. Es que pensando un paro nacional, es fundamental la adhesión del transporte público. En la última medida de fuerza la UTA se sumó, junto a los gremios de los ferrocarriles, lo que le dio un marco de masividad a la protesta. pero más allá del acompañamiento, Fernández es arte de la CGT, y luego de la salida de varios dirigentes que se sumaron al combativo Frente Sindical para el Modelo Nacional, que forman el moyanismo y la Corriente Federal, se integró a la “mesa chica” de la central obrera, dominada por los dirigentes dialoguistas, que tienen la idea de no romper relación con el gobierno de Mauricio Macri, y generar puentes de diálogo.
Además, el dirigente colectivero estuvo el pasado 17 de octubre en Tucumán, donde la conducción cegetista y el peronismo no K realizaron un masivo acto por el día de la Lealtad. En tanto, ante el anuncio de un posible paro de 36 horas de la CGT, primero desde el sector se habló de un apoyo que el propio Fernández, en declaraciones radiales, relativizó. Por esta actitud de vaivén, no hay certeza de qué podría suceder con el gremio en caso de una nueva protesta de alcance nacional.
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