Desde que Macri es presidente, la industria textil perdió 20 mil puestos de trabajo
Los gremios del sector denunciaron que la apertura de importaciones y la caída de la venta del mercado interno hicieron un “cóctel explosivo” que repercutió en el mercado laboral. “Bajaron las ventas porque bajó el consumo, los trabajadores no tienen poder adquisitivo”, afirmaron.
Los gremios del sector textil denunciaron el fin de semana alertaron que en los años de gobierno de Mauricio Macri se perdieron 20 mil puestos laborales, una situación que se da por la apertura indiscriminada de las importaciones y la baja de las ventas del mercado interno. La cadena de valor que integran la industria textil y la de la indumentaria perdió esos puestos de trabajo formales en el país en los dos últimos años y, tanto gremialistas como empresarios, lo atribuyen a este combo, que ya fue advertido en noviembre de 2016, cuando todos estos sindicatos habían perdido 4.120 afiliados a raíz de los despidos en toda la cadena de valor, acelerándose la desocupación en el sector desde entonces en un 385 por ciento.
La declaración sobre la delicada situación del sector la firmaron el Sindicato de Empleados Textiles (SETIA), la Asociación Obrera Textil (AOT), la Unión de Cortadores de la Indumentaria y la Federación Obrera de la Industria del Vestido y Afines (FONIVA). “Se produjeron unos 20 mil despidos en toda la cadena de la industria textil y la indumentaria en los dos últimos años”, aseguró el secretario general del SETIA, Mauricio Anchava, coincidiendo en las cifras con el empresario y vicepresidente de la Fundación Pro-Tejer, Marco Meloni. Al respecto, Anchava reconoció que en los dos últimos años “quedaron en la calle 3500 trabajadores” sólo los que representa su gremio y detalló que SETIA nuclea a supervisores y capataces de la actividad, contando con dos convenios colectivos diferenciados, uno en el área textil y el otro en el de la indumentaria.
“No es que estemos en contra de las importaciones”, dijo, a la vez que sostuvo que “todo depende en qué condiciones se hagan”, señalando que “si se regala un mercado a países que tal vez subsidian su industria o tienen trabajo no registrado o salarios de hambre, no es posible competir”. Para Anchava, “hay que ser conscientes también que en el marco de esta apertura indiscriminada tenemos una realidad y es que los precios no han bajado”. “Bajaron las ventas porque bajó el consumo, los trabajadores no tienen poder adquisitivo y encima los precios no bajaron”, remarcó. En este sentido, el líder sindical admitió que la ropa en la Argentina “es carísima”, aunque aseguró que “hoy la mayoría de la ropa que venden las grandes marcas es importada” y como para que no quedaran dudas le puso un porcentaje irrefutable: “Es más del 70 por ciento”.
Por otra parte, el dirigente gremial anticipó ayer que esta semana se realizará una reunión entre representantes del gobierno nacional y de la cámara empresaria textil con el propósito de encontrar una solución definitiva a la crisis de la actividad. En este contexto, destacó que en los últimos tiempos se vienen produciendo no sólo despidos sino suspensiones de obreros y empleados que incluyen el cierre de grandes fábricas en distintos puntos del país. En tanto, valoró los encuentros que llevan adelante los gremios con el ministro de Producción Francisco Cabrera en el que se está elaborando en forma conjunta un proyecto de ley para regularizar a los trabajadores, pero advirtió que “sólo con esto no alcanza”.
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