Un informe alerta que el año pasado los convenios colectivos homologados cayeron a niveles del 2006
El Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma aseguró que la cantidad de acuerdos firmados y formalizados en 2017 fue el más bajo en más de 10 años, un 42 por ciento menos que en 2016. La reducción se explica en un contexto de flexibilización laboral y lentitud administrativa de la cartera laboral, entre otras variantes.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
Uno de los ejes de la polémica reforma laboral que plantea el gobierno nacional apunta a la flexibilización de los convenios laborales, que en 2017 algunos sectores implementaron más allá del proyecto del oficialismo. El caso más notable fue el de los petroleros, que decidieron dejar de lado algunos beneficios para evitar despidos. Similar camino intentó tomar la UOM, aceptando no recibir aumentos salariales para que no haya cesantías, algo que finalmente no se firmó. Pero los convenios por rama están en la mira de la reforma del gobierno. Por eso no extraña que el año pasado, haya un descenso brusco de los acuerdos homologados por el Ministerio de Trabajo nacional. Según un informe del Observatorio del Derecho Social, la caída respecto 2016 es del 42 por ciento, lo que ubica los convenios firmados a niveles del 2006, diez años atrás. La baja, que ya se había experimentado en 2015 pero de manera más leve, se explica por la resistencia sindical a incluir cláusulas que flexibilicen los acuerdos, además de razones administrativas en la cartera laboral, que funciona como una especia de “válvula” de contención de estos convenios.
El informe del Observatorio, entidad de la CTA Autónoma, analiza los convenios colectivos firmados y homologados por la cartera laboral, durante el 2017. En un contexto de conflicto, el trabajo habla de un desplome del 42 por ciento en comparación con 2016. “Para encontrar un año con menor cantidad de homologaciones hay remontarse al 2006”, remarcó el informe, al que tuvo acceso Gestión Sindical. “En el año 2017 se homologaron 984 unidades de negociación: 3 de convenios de actividad, 26 convenios de empresa, 341 acuerdos de actividad y 640 acuerdos de empresa; representando el total más bajo de los últimos diez años”, se detalló. “El descenso es llamativo y afecta con mayor intensidad a los convenios colectivos por actividad y a los acuerdos colectivos por empresa: los primeros caen un 70 por ciento respecto a 2016 y un 90 por ciento respecto a 2015; los segundos caen un 48 por ciento respecto a 2016 y un 53 por ciento respecto a 2015”, agregó el Observatorio.
Las explicaciones de esta situación son variadas. Una posible, dice el informe, “pareciera estar vinculada a la decisión de los trabajadores y las organizaciones sindicales de no negociar condiciones de trabajo en un contexto de crisis económica
como el actual, en el que asimismo el discurso oficial insiste en promover la inclusión de cláusulas de flexibilidad laboral en las negociaciones colectivas”. “Aun así, la magnitud del retroceso de la cantidad de negociaciones homologadas por el Ministerio de Trabajo es tal que no deben descartarse otras explicaciones posibles, como por ejemplo obstáculos administrativos y mayores demoras en los procedimientos previos al dictado de la resolución homologatoria”, remarcó el trabajo.
El año pasado hubo algunos ejemplos de cambios en los convenios colectivos, de la mano del pedido de reforma de los sectores empresariales, en sintonía con el gobierno nacional. Otros, se unificaron, como sucedió en el sector ferroviario, donde la Unión Ferroviaria (UF) que conduce Sergio Sasia firmó un único Convenio Colectivo de Trabajo para todos los trabajadores que están bajo la órbita de la Operadora Ferroviaria estatal. De esta forma, se unificaron los seis convenios de los ferrocarriles Roca, San Martín, Belgrano Sur, Mitre, Sarmiento y del Tren de la Costa en uno solo y los cuatro Convenios de Pasajeros de Larga Distancia y Regionales en otro. Según explicó Trabajo, con este nuevo convenio, se pasará a contar con una sola grilla salarial, las mismas condiciones para trabajadores y un ordenamiento en las funciones, además de permitir que los empleados de una línea puedan pasar a desempeñarse en otra, algo que antes no se podía hacer. Por su parte, Sasia señaló que este entendimiento introduce «sustanciales mejoras» ya que, «se corrige la disparidad de categorías y funciones creando un nuevo y único nomenclador, evitando diversas denominaciones para idénticas tareas y permitiendo de esta manera saldar la diferencia salarial que existía entre trabajadores de distintos ferrocarriles que realizaban la misma tarea, igualando en todos los casos al mejor salario, por lo que muchos trabajadores tendrán un incremento en sus ingresos».
En cuanto al contenido de la negociación colectiva, el observatorio aseguró que durante el 2017 “estuvo en gran medida acotada a la discusión salarial”. “Los incrementos salariales se ubicaron casi en su totalidad entre el 20 y el 25 por ciento, por lo que en muchos casos no llegaron a equiparar la inflación anual del 24,8 por ciento”, alertó el informe final de la entidad. En algunas actividades (bancarios, sanidad, sector público bonaerense) la existencia de «cláusulas gatillo» permitió disparar aumentos automáticos que compensaron una inflación mayor a la esperada. En otros casos (comercio, obras sanitarias, administración pública nacional) se negociaron incrementos complementarios a percibir en cuotas durante los primeros meses de 2018 («cláusulas de revisión»).
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