22 de Noviembre
de 2024
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Luego de la polémica intervención, el SOMU queda en manos de su nueva conducción

06. 03. 2018

Los dispuso la justicia, que de esta manera deja atrás dos años de conflicto. La dupla Durdos-Mereles debe recuperar un sindicato sin paritarias, que perdió más de la mitad de sus afiliados y sin obra social. El moyanismo apoyó a la lista ganadora, y podría respaldar los primeros pasos de la nueva dirigencia.

Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical

Luego de dos años y mucha polémica, este lunes la justicia dio por finalizada la intervención al Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), Con la firma del juez Rodolfo Canocoba Corral, la resolución estableció la normalización del gremio, que era conducido por el dirigente Omar “Caballo” Suárez, detenido por una serie de delitos. Desde su caída, el sindicato estuvo a cargo de diversos interventores, entre ellos la actual senadora nacional Gladys González, y desde el gobierno tomaron el caso como un símbolo de la lucha contra las mafias sindicales. Lo cierto que muchos sectores acusaron a la intervención de nombrar “ñoquis” y generar gastos innecesarios, algo que quedó a la vista con el escándalo de la trabajadora colocada en una seccional del SOMU por parte del ministro de Trabajo nacional Jorge Triaca. En este marco, se entregó la conducción a los ganadores de las elecciones del pasado diciembre, Raúl Durdos y Daniel Mereles, que serán a partir de ahora secretario general y Adjunto del gremio. La lista ganadora exhibe lazos con Hugo Moyano, a quien el propio Suárez acusó desde la cárcel de ser el responsable de su detención, e inició la vuelta de algunos dirigentes que se enfrentaron a la vieja conducción, y otros que participaron en ella. Preocupa la merma de afiliados y que se mantenga todavía intervenida con un familiar directo del juez la obra social.

Mediante una audiencia realizada el lunes por la mañana en el juzgado Criminal Correccional y Federal número 6, la justicia dio por terminada la intervención del SOMU. De la misma participaron las autoridades nacionales del gremio, incluyendo parte de los 11 secretarios generales de las diversas seccionales del país. Las perspectivas del gremio no son las mejores. Según confirmaron desde el SOMU, hoy hay unos 4.500 afiliados, lejos de los cerca de 15 mil que supo tener en su época de esplendor. “La prioridad es recuperar los dos años perdidos, defender a los trabajadores marítimos y volver a ser un gremio fuerte”, admitieron ante la consulta de Gestión Sindical cerca del gremio. En este sentido, hay una pelea por el perfil que tendrá el sindicato en el futuro, si más vinculado a la pesca o a la marina mércate. Esta histórica disputa casi parte al sindicato hace unos años, y ahora podría volver con más fuerza.

La decisión del juez interviniente terminó con la incertidumbre respecto del futuro del gremio. Existía una impugnación realizada por un dirigente, Orlando Alfaro, a quien no se le permitió ser candidato a secretario general en los comicios de diciembre. Entonces presentó ante la justicia un pedido para anular las elecciones, que no fue avalado. Cerca de la actual conducción confirmaron que luego de traspaso “se hará una auditoría para conocer los verdaderos números del gremio, y despejar dudas respecto del personal ingresado por la intervención, y sus salarios”. Además, se acordó con el juez la participación de vedores que harán las veces de mediadores entre la justicia y la nueva conducción, informando de manera fluida los pasos a dar y la información recogida.

El escándalo por la intervención del SOMU se remonta a mediados de febrero de 2016, cuando Suárez fue detenido acusado de asociación ilícita y extorsión. Canicoba Corral decidió intervenir la entidad y su obra social, y nombró a tres dirigentes cercanos al oficialismo en ese cargo, entre ellos González, actual senadora y dirigente de Cambiemos de Avellaneda. Cuando esta fue candidata en 2017, dejó su cargo. En medio, algunos sectores del gremio acusaron a la intervención de “malgastar los fondos del gremio”, y de “abandonar a los trabajadores”, que por más de dos años no tuvieron paritaria. Lo que terminó de desgastar el trabajo del gobierno en el sindicato fue la aparición de Sandra, empleada del ministro Triaca que no sólo estaba en negro, sino que además era empleada de la seccional San Fernando del SOMU. El hecho dejó al descubierto el manejo del gremio por parte de la intervención, que fue acusado por varios dirigentes de llenar de “ñoquis” las dependencias. Además, hubo quejas porque el cuñado del juez interviniente sea el encargado de manejar la obra social del SOMU, todavía bajo control judicial.

En diciembre pasado, dos listas se enfrentaron, y triunfó la lista Verde Federal, con Durdos a la cabeza. “La lista contó con el apoyo del moyanismo, que terminó de desembarcar en el gremio”, admitió una fuente consultada por Gestión Sindical. En el armado de la lista se incluyeron sectores que se enfrentaron a Suárez, y otros que fueron parte del oficialismo pero se alejaron con el tiempo. Ese es el caso de Alejandro Giorgio, con buena relación con Moyano que si bien no es parte de las autoridades fue tentado para hacerse cargo del manejo de los predios del gremio. Esto es un golpe duro para Suárez y los pocos aliados que le quedan en el gremio. Es que el dirigente acusó al camionero directamente de ser responsable de su detención. “Hugo Moyano y su hijo Pablo se quisieron quedar con el gremio”, sostuvo Suárez, según consta en la causa que lo mantiene detenido. El ex titular del SOMU sostuvo que las denuncias en su contra son parte de un armado político orquestado por Moyano quien, “apoyaba a la agrupación Juana Ocampo”, que era su oposición en el gremio marítimo. Luego de acceder unos días a la prisión domiciliaria, el dirigente volvió a ser al penal de Marcos Paz, donde espera cuál será su condena final.

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