Cláusulas gatillo: el pico de inflación dispara los nuevos aumentos, pero no alcanza a todos
Los más de tres puntos de inflación de diciembre hicieron que se activara el mecanismo de compensación para algunos sectores. Otros, como los docentes porteños, reclaman que se compense las pérdidas. Un informe analiza la situación de los convenios con cláusulas, y advierte que sólo las de aplicación automática sirven para paliar la suba de precios. La situación del salario real, en baja.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
Con la inflación del 3,1 por ciento anunciada este jueves para diciembre, el 2017 cerró con una suba general de precios de prácticamente el 25 por ciento, bastante por encima de las previsiones del gobierno nacional. El último mes del año trajo la peor suba del último año y medio, según los datos oficiales revelados por el INDEC. Esto, sumado al cambio de las metas inflacionarias para este 2018, generó un reacomodamiento general de la economía, incluyendo el sector salarial. Con estos valores, las paritarias cerraron en general por debajo de la inflación real, lo que en muchos casos disparó las llamadas cláusulas gatillo, mecanismos previstos para evitar que los acuerdos salariales queden afectados por las subas. Con los valores actuales, varios gremios salieron a reclamar el pago de estos adicionales, lo que genera preocupación en la Casa Rosada, ya que temen que esto genere condiciones de desconfianza en las negociaciones de este año. Un estudio realizado por una universidad analiza cómo se implementan estos mecanismos, y asegura que las verdaderas cláusulas son las de “aplicación automática”. Quiénes son los beneficiados por este sistema, y los que luchas por usarlo.
La primera clausula gatillo era, hasta hace, la de comercio. Allí, el gremio anunció un reajuste del 5 por ciento, que sube del 20 al 25 por ciento el aumento salarial 2017. Más allá de la réplica de la CAME, que puso en duda la cláusula, esta es la primera discusión del sector privado. En el público, los estatales que firmaron con María Eugenia Vidal el acuerdo salarial 2017 recibieron ajustes en las cuotas del año. Además, los bancarios están trabajando para lograr que las cámaras empresariales para que se reajuste el acuerdo salarial. Además, los que quedaron por debajo de la inflación reclaman por este beneficio. Estos son los trabajadores petroleros (20 por ciento de acuerdo inicial), los obreros de la construcción de la UOCRA (21 por ciento) y los docentes bonaerenses (21,5 por ciento). Todos piden que se active la compensación.
“Va a ser difícil que habiliten la discusión, cuando no lo hicieron antes”, le dijo a Gestión Sindical un dirigente docente, que busca activar la discusión. En la provincia de Buenos Aires, ya hubo encuentros técnicos de la paritaria de este año, donde apenas hubo avances. “No llevan propuestas a la mesa, escuchar y no habilitan ninguna solución. Así, estamos complicados para el inicio de clases”, agregó el dirigente, que recordó que hasta el momento no se logró activar la cláusula de ajuste. En rigor de verdad, las cláusulas gatillo no tienen los mejores antecedentes. El primer convenio que debía dispararlo fue el de los docentes universitarios de 2016, cuando luego de varios meses de lucha los gremios firmaron un convenio del 26 por ciento en cuotas, con el compromiso de revisión en septiembre. Ese mes, con los índices por encima de ese nivel, el Ministerio de Educación no habría la discusión, lo que generó las críticas de los sindicatos, como CONADU y FEDUN. Esos seis puntos que se perdieron ese año se reclamaron en septiembre, y se supone volverán a hacerlo en 2018.
Uno de los puntos de estas cláusulas es que deberían aplicarse de forma automática, algo que no ocurre. En este sentido, un informe del Centro de Estudios del Trabajo y el Desarrollo de la Universidad de San Martín analizó siete convenios con este tipo de cláusulas, y determinó su utilidad y sus obstáculos. El trabajo, al que tuvo acceso Gestión Sindical, asegura que este tipo de instrumentos “podría considerarse un tipo particular de seguro a través del cual el sector empleador se trabajadores con un aumento salarial adicional cuando el incremento pactado en la paritaria se encuentre por debajo de la tasa de inflación observada durante la vigencia del acuerdo, o cuando la misma supere un umbral determinado”. El informe analizó los convenios de la administración pública nacional (estatales), bancarios, comercio, personal de edificios, maestranza, sanidad, y transporte público de pasajeros de corta distancia (colectiveros). Para el centro, “la totalidad de los convenios analizados deberían aplicar aumentos salariales adicionales a los acordados inicialmente”, ya que la inflación los superó. De estos, tres se dan de manera automática, y cuatro establecen una revisión paritaria.
Más allá de los datos, los gremios prometen que van a pelear por esta pérdida en el salario real. Este jueves, la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) reclama al Jefe de Gobierno “la urgente convocatoria a la mesa salarial docente para aplicar la cláusula gatillo, ya que la inflación superó el aumento salarial otorgado en 2017”. “Si bien los docentes rechazamos la propuesta salarial, el decreto firmado unilateralmente por Rodríguez Larreta y Soledad Acuña establecía que si la inflación del período febrero 2017 a enero 2018 superaba el 21,5 por ciento, se pagaría la diferencia. Con el 3,3 por ciento de inflación anunciado por el IPC-Ciudad de acuerdo a los datos de diciembre, en estos meses llegamos a 23,8 puntos. Por lo que queda superada la recomposición otorgada, incluso sin tener en cuenta que a este porcentaje todavía hay que sumar la inflación de enero de 2018”, dijo el gremio que lidera Eduardo López.
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