Molinos despide operarios en su planta de Esteban Echeverría y denuncian “persecución gremial”
La empresa alimenticia cesanteó a varios operarios, entre ellos a tres ex miembros de la comisión interna, por lo que los trabajadores aseguran que se tratan de despidos “para intentar disciplinar al personal”. La firma argumentó “baja productividad”, pese a ser una de las empresas más grandes de alimentos de la región. En la zona sur del conurbano el 2018 inició con varios conflictos sindicales.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
En octubre del 2013, Molinos Río de la Plata informó del cierre de su planta en la localidad porteña de Barracas, donde trabajaban 150 operarios. Una de las principales empresas de alimentos del país y la región –con presencia en mercados de 50 países –decidió trasladar gran parte del personal a su establecimiento en Esteban Echeverría, que absorbió buena parte del personal. Ahora, el conflicto se trasladó a esa ubicación del sur del conurbano bonaerense, ya que los trabajadores realizan desde este lunes un paro de actividades ante el despido de varios operarios, incluidos ex miembros de la comisión interna. En el marco de una serie de asambleas, se decidió paralizar la producción hoy martes, en reclamo de la reincorporación de los cesanteados, ya que acusan a la empresa de “persecución sindical”, por la actividad gremial de al menos tres de los despedidos. Con el apoyo del sindicato de la alimentación (STIA), el paro se mantiene hasta que no haya una respuesta a los reclamos. En la zona sur del conurbano el año inició con varios despidos en el sector industrial, incluyendo un nuevo paro de la avícola Cresta Roja.
Desde ayer lunes las tareas en la planta echeverriana de Molinos están paralizadas por los despidos de varios operarios, entre ellos tres ex integrantes de la comisión interna, que dejaron sus cargos hace poco tiempo. “Despidieron a quienes se opusieron al traslado del personal de la planta Barracas, y que lucharon para evitar despidos en esos días”, remarcó uno de los trabajadores del lugar, que habló con Gestión Sindical en estricto off, por miedo a nuevas represarías. Para los empleados, “no hay duda que hay una persecución sindical, un intento para disciplinarnos a todos, por eso la asamblea decidió parar hasta que no se reincorporen los compañeros”. Para los empleados, no se puede hablar de problemas económicos como argumentó la generancia de recursos Humanos, que mediante una carta documento justificó los despidos bajo la figura de “bajo rendimiento, baja productividad y ausencia en los sectores”.
Hasta este martes, los trabajadores mantenían la vigilia en el lugar, y no lograron que ningún directivo de la empresa les de una respuesta a sus reclamos. Además, algunos empleados vinculan la interna del gremio de la alimentación en la situación, ya que muchos de los despedidos formaron parte de la lista Celeste y Blanca del STIA, que enfrentó al oficialismo que conduce Rodolfo Daer. En la última asamblea, los trabajadores pusieron estos elementos en la discusión, para evitar lo que consideran “una trampa” de la empresa, vinculando los despidos con alguna supuesta crisis económica. “la firma es una de las más poderosas del país, no hay ningún indicador que hable de problemas reales. Lo que hay acá es persecución, de la mano del proyecto ajustador del gobierno nacional”, coincidieron los empleados.
El caso de Molinos no es el único conflicto que tiene a la zona sur del conurbano como escenario. El año empezó con distintos conflictos, como el que arrastra del año pasado la avícola Cresta Roja, que esta semana volvió a parar en reclamo de salarios adeudados. Como informó Gestión Sindical la semana pasada, el nuevo conflicto estalló en ambas plantas de la firma –ubicadas en los distritos de Ezeiza y Esteban Echeverría –y mantuvo al menos un par de días la producción paralizada. Además de la deuda, los trabajadores denunciaron que la gerenciadora decidió no faenar pollos un par de días, lo que vincularon con una maniobra de vaciamiento o lock-out patronal.
Además, en el Parque Industria de Burzaco, en el distrito de Almirante Brown, trabajadores de la firma Stockl iniciaron el año con problemas laborales. Desde los últimos días del año pasado están movilizados en defensa de los puestos laborales, ya que se produjeron despidos y suspensiones. Ayer lunes marcharon a la sede de la comuna, para pedir intervención al gobierno municipal. “Nuestra lucha es en defensa de nuestros puestos de trabajo y en reclamo por nuestros sueldos adeudados”, dijeron mediante un comunicado. El fin de semana se produjeron dos festivales frente a la fábrica para recaudar fondos para sostener la lucha, ya que no percibieron los sueldos de diciembre ni el medio aguinaldo. La fábrica Rodolfo Stockl está ubicada en Melián 2147, en el Parque Industrial Burzaco, y los trabajadores denuncian que le adeudan tres quincenas y el medio aguinaldo. A comienzos de diciembre los metalúrgicos además habían denunciado el “vaciamiento encubierto” de la empresa, así como la falta de pago de aportes a la obra social, por lo cual se encuentran sin cobertura de salud.
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