Tras 90 días de reclamos, el sindicato de Químicos logró que Praxair reincorporara a cinco despedidos

Linde Praxair reincorporó a cinco trabajadores que había despedido en diciembre.
El SPIQYP confirmó la continuidad del funcionamiento de la planta de Pacheco, que Praxair planeaba cerrar. Críticas a la Izquierda.
Tras 90 días de conflicto, el Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas (SPIQYP), bajo la conducción de Facundo Aveiro, logró la reincorporación de cinco trabajadores despedidos en la planta de Linde Praxair, en General Pacheco y evitó, al menos por el momento, el cierre definitivo de la fábrica que parecía una decisión inminente por parte de la multinacional.
El conflicto se había desatado el pasado 5 de diciembre, cuando la empresa despidió a una decena de trabajadores alegando una crisis económica derivada del contexto nacional. Sin embargo, desde el sindicato y los propios trabajadores se denunció que esto no era más que una maniobra patronal para «justificar despidos».
A partir de entonces, el el SPIQYP impulsó medidas de fuerza en todas las plantas de la compañía, una acción pocas veces vista en el sector de los gases industriales.

«Con una estrategia firme y el respaldo de las comisiones internas, se logró torcerle el brazo a la multinacional y reincorporar al 50% de los trabajadores despedidos», destacaron desde el gremio ante Gestión Sindical.
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Mientras las negociaciones seguían su curso, desde el sindicato apuntaron que sectores del Frente de Izquierda, diputados de su espacio, diputados kirchneristas de extracción sindical y el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires (delegación Tigre) se entrometieron en el conflicto «sin comunicarse antes con la organización que legítimamente representa a los trabajadores, prestándose al boicot de los sectores de izquierda y entorpeciendo las negociaciones con medidas inorgánicas e inconsultas».
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Aseguran en el sindicato que los propios trabajadores de todas las plantas, a través de sus comisiones internas, exigieron a la izquierda que no se metiera en un conflicto «donde nadie los había llamado«.
Y agregaron más cuestionamientos: este conflicto innecesario, que potenció la izquierda buscando «pudrir» la negociación y corriendo el arco cada vez que se avanzaba, tenía un único objetivo: instalar a su propio candidato en el distrito a costa de los trabajadores.
Dentro de la compañía, destacan, la mayoría del personal rechazó el acompañamiento de la izquierda, mientras que solo un grupo de despedidos adhería a su línea, intentando imponerla en cada asamblea en Pacheco.
A esto se sumó el accionar de la delegación Tigre del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires. El delegado Juan Manuel Reboredo tuvo una inusual presencia en el conflicto, diciendo que le iba a «poner los puntos a la empresa» y apareciendo en medios de comunicacion locales, algo nada habitual.
Sin embargo, en las últimas audiencias,, fue el mismo Reboredo quien cambió de discurso y les dijo a los trabajadores y al sindicato: «El ministerio hasta acá los va a acompañar«, lo que significaba que solo respaldarían las cinco reincorporaciones que finalmente se concretaron.
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