Cerró la planta de Georgalos sin acuerdo por indemnizaciones

Los siete trabajadores se dispusieron a asistir a su trabajo pero se encontraron con la sorpresa que el colectivo que debía buscarlos nunca pasó. De todas maneras, concurrieron por sus propios medios y en la puerta de la planta les comunicaron que no podían ingresar.
La fábrica Georgalos concretó la semana lo que había anunciado a mediados de noviembre: cerró la planta ubicada en el parque industrial de Villa Mercedes, en la provincia de San Luis.

Los siete trabajadores se dispusieron a asistir a su trabajo pero se encontraron con la sorpresa que el colectivo que debía buscarlos nunca pasó. De todas maneras, concurrieron por sus propios medios y en la puerta de la planta les comunicaron que no podían ingresar.

“Durante la mañana fueron llegando los telegramas de despido. Ya la última semana la gente iba y hacía presencia en la planta pero no se producía nada”, relató Marcelo Milone, secretario gremial del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA) de Villa Mercedes.

Los operarios esperaran la liquidación para saber con exactitud qué porcentaje de la indemnización pagará la empresa.

Las negociaciones que se llevaron adelante durante un mes en Relaciones Laborales no lograron establecer un acuerdo: la empresa quería abonar solo el 50% del total del resarcimiento por despido, pero el gremio se negó.

Los trabajadores hasta propusieron que se les abonara un pago inicial del 50% y luego el 30% más en cuotas, resignando el 20% restante, pero la fábrica no lo aceptó. “Ellos quieren pagar el 50% y en 10 cuotas”, contó Milone.

Georgalos argumentó el cierre de la planta por “razones de fuerza mayor” para no pagar el monto completo de la compensación. “En las cartas documentos hacen mención que es un problema ajeno a la empresa; pero no es así, ellos siguen produciendo en Río Segundo”, remarcó el gremialista.

De hecho, el primer ofrecimiento a los trabajadores al momento de comunicar el cese de la producción en Villa Mercedes fue que se trasladaran a la localidad cordobesa, donde se iba a respetar la antigüedad. La falta de previsión sobre la estadía y el escaso tiempo para analizarlo hizo que los empleados rechazaran esa opción.